El P. José María Di Paola, sacerdote de barrios vulnerables en Argentina, pidió a los políticos ir a las villas para conocer la realidad de los jóvenes, en vez de pensar en promover iniciativas para legalizar el consumo de marihuana.
La declaración del sacerdote se da luego que el presidente de Argentina, Alberto Fernández, propuso “abrir sin hipocresía el debate por la legalización de la marihuana” a pesar de que el país cuenta desde noviembre de 2020 con una ley de autocultivo de marihuana medicinal.
El mandatario dijo que el consumo de marihuana se extendió y “que muchos jóvenes lo consumen”y que “el mayor problema con la juventud es el consumo de alcohol, no el consumo de marihuana”.
“Lo primero que tenemos que hacer es terminar con la hipocresía. La marihuana hace daño, el tabaco mata de cáncer y el alcohol degrada al ser humano. Si estos dos son legales, explíquenme por qué está la ilegalidad en este lado”, sostuvo Fernández.
En ese contexto el P. Di Paola afirmó que "las autoridades, las universidades, dan mensajes muy ambiguos para la sociedad y por eso estamos como estamos, con una problemática que ha crecido ya en todo el continente en una forma muy grande”, al programa "Un Canto a la Vida" de la Radio Grote, del Círculo Católico de Obreros.
“Ya no se trata de un narcotráfico desorganizado sino de una empresa organizada con muchas ganas de agarrar el gran negocio de la droga", afirmó el sacerdote que trabaja con el Equipo de Sacerdotes de Villas de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires.
"En una América Latina pobre, ¿cómo capta un chico este mensaje de que la marihuana sirve para curar todo tipo de enfermedades? Entonces parecería que quienes hablamos de los daños que trae la marihuana, somos los malos, somos los que no estaríamos respetando las libertades", dijo el sacerdote en referencia a la legalidad de la marihuana para uso medicinal en Argentina.
“Están haciéndole a la droga una propaganda de algo inofensivo, casi útil, diríamos ante una sociedad que está dispuesta a utilizarla para cualquier cosa”, alertó el sacerdote de las villas.
Por ello, el P. Di Paola exigió que los políticos vayan a las villas, porque “la mayoría de las veces que hablan lo hacen tocando de oído, sin conocimiento cabal de la situación”.
“Yo creo que debería exigirse a quienes ostentan un cargo público, que demuestren tener un vínculo con los sectores más marginados de la sociedad, sino que durante seis meses al menos se involucren con esa realidad concretamente y si no lo hacen, no estaría siendo una persona apta para desempeñar esa función", dijo en referencia a las elecciones legislativas que se celebrarán el 14 de noviembre de este año.
En ese sentido, aseguró que la militancia de los políticos consiste en “dar un simposio, ir a las universidades o hablar por zoom y así nunca van a interpretar a un chico que vive en la calle. La cercanía es clave para que las cosas anden bien. Nuestros hogares nunca cerraron, ni en pandemia, mientras que muchos organismos del Estado sí cerraron", afirmó el sacerdote.
El sacerdote fundador de la “Misión Diocesana San Juan Bosco” dijo que la clave está en la prevención y la recuperación, a través de la capilla, el club y el colegio, “las tres C”, que “bien plantadas en el barrio” “logran que el pibe” sea tomado en cuenta, logre un sentido espiritual y de un sentido más amplio a su educación.
A su turno, el responsable de la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Mons. Fernando Maletti, dijo en el programa “En Clave Grote que “hay presiones” para lograr la legalización de la marihuana “conseguirlo como si fuera un bien de libertad para la gente y el tema fundamental es la vida, la salud, el trabajo, la seguridad social, etcétera. Lo que más llama la atención es que esto está articulado por oficialismos y no oficialismos”.
Mons. Fernando Maletti lamentó que se esté trabajando “tanto trabajo para contener, para acompañar y para la utopía de la recuperación de los del paco (droga casera) que ahora más encima quieren agregar la marihuana”.
“Observen que el paco no está legalizado, pero se quiere legalizar la marihuana para los que tienen plata y la puedan comprar oficialmente. Y por otro lado se potencia el negocio del narcomenudeo, la venta y la reventa a través de las trampas que se hacen aun con elementos que están aprobados oficialmente para su consumo y su actividad”, precisó.
El Obispo de Merlo Moreno agregó que “la corrupción, el descuido de la casa común, junto al narcotráfico y el narcomenudeo” son los “grandes desafíos que la sociedad debe superar” junto con “la falta de criterios para encarar lo cotidiano y poder trabajar cada vez más por la unidad, acercándonos sobre todo a los más débiles socialmente o más débiles psicoactivamente”, aseguró.
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