A la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019, un evento muy especial para Centroamérica, no han podido faltar los nicaragüenses, con su sufrimiento y pesar, pero también con su esperanza y su fe puesta en Dios.
Desde abril de 2018, Nicaragua vive una grave crisis sociopolítica, con masivas protestas contra el régimen del presidente Daniel Ortega.
Ortega, exguerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional, gobierna Nicaragua como presidente desde 2007, pero anteriormente tuvo el poder entre 1985 y 1990.
Se estima que en medio de la violenta represión contra las protestas han muerto más de 500 personas.
Kevin Galeano llegó al Campo Santa María la Antigua el 24 de enero de 2019 para participar en la ceremonia de bienvenida al Papa Francisco. Lo hizo portando un cartel con un mensaje que se ha convertido en símbolo de las protestas en su país: S.O.S. Nicaragua.
“Ya no queremos más represión, queremos que se vaya el dictador”, dijo conmovido a ACI Prensa.
“Nicaragua está sufriendo mucho, mucha represión. Ahora solo por portar una bandera de Nicaragua metieron preso a un joven”.
Pero la esperanza no está perdida. “Hemos venido a poner a Nicaragua en oración, para que sea el Señor quien nos ayude, nos proteja y la Virgen María también, y que de una vez ya se solucione todo esto”, dijo.
Además, agradeció que “el Papa está muy pendiente de Nicaragua” y aseguró que “tenemos esa esperanza, de que siempre la Palabra es fuerte, la Palabra de Dios siempre es vida”.
El papel de la Iglesia Católica también ha sido importante en los últimos meses de crisis. Obispos como el Auxiliar de Managua, Mons. Silvio José Báez, han sido claros para condenar las injusticias del régimen de Ortega y denunciar su violenta represión.
Pero denunciar las malas acciones del gobierno y sus simpatizantes tiene un costo para la Iglesia.
En julio de 2018 un grupo de paramilitares afines al régimen de Ortega agredieron verbal y físicamente al Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes; a Mons. Báez y al Nuncio Apostólico en Nicaragua, Mons. Waldemar Somertag.
Luis Martínez también llegó de peregrino a Panamá después de viajar por 36 horas desde Nicaragua. “El viaje fue un poco cansado”, reconoce, pero “fue con el corazón abierto”.
“Sabemos que el país está mal, pero pensando en Dios que nos va a ayudar y nos va a liberar, con las expectativas de esta Jornada de la Juventud es gozarla para todos nosotros”, aseguró.
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