Un grupo de musulmanes y cristianos expresaron su oposición a un proyecto urbano que busca la demolición de una iglesia caldea (católica) en Bagdad, la capital de Irak.
Según informa la agencia vaticana Fides, el proyecto urbano que busca usar el terreno de la iglesia caldea de la Sabiudría divina es apoyado por algunas fuerzas políticas locales y algunas autoridades.
En los carteles que portaron durante las manifestaciones de protesta, de las que se hicieron eco medios como Sharqiya TV, canal del empresario Saad al Bazzaz, originario de Mosul, los participantes señalaban a las fuerzas políticas y a las instituciones nacionales y locales como responsables de apoyar el proyecto.
Este apoyo radicaría en el interés particular de algunos que pone en peligro una iglesia reconocida por todos como un lugar símbolo de la convivencia entre religiones.
La iglesia de la Divina Sabiduría fue construida en 1929 por el arquitecto británico James Mollison Wilson durante el mandato británico en Mesopotamia, y está ubicada entre dos zonas urbanas habitadas por musulmanes sunitas y chiítas.
Irak es un país mayoritariamente musulmán donde los cristianos son una minoría. Ha sido también escenario de una persecución por odio a la fe, perpetrada por los terroristas del Estado Islámico.
En noviembre de 2018, el Patriarca de Babilonia de los Caldeos y Arzobispo de Bagdad, Cardenal Louis Raphael I Sako, aseguró en Roma que los desafíos que amenazan la existencia y el patrimonio de los cristianos en Irak deben ser abordados “con fe, esperanza y una visión clara, una posición decidida y una voluntad estable”.
Así lo indicó durante el congreso realizado en el Pontificio Instituto Oriental por los 700 años del teólogo sirio Abdisho' bar Brikha, una de las figuras más influyentes de la Iglesia de Oriente en los siglos XIII y XIV.
“Lo que ha hecho Daesh (Estado Islámico) en contra de los cristianos de la ciudad de Mosul y de la Llanura de Nínive es el ejemplo concreto de la fe de nuestra gente que ha preferido dejar todo para mantener la fe en Cristo”, afirmó el Patriarca Sako.
El Arzobispo de Bagdad insistió en que los cristianos de Irak deben ser “más fuertes que la división y eliminar las barreras psicológicas e históricas para reunir la Iglesia de Oriente, especialmente en estos tiempos difíciles en los cuales estamos enfrentando desafíos enormes como la inmigración y el extremismo religioso”.
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