El Arzobispo de Armagh y Primado de Irlanda, Mons. Eamon Martin, expresó al ministro de Salud de Irlanda, Stephen Donnelly, las profundas preocupaciones de la Iglesia por la decisión del gobierno de sancionar a quienes participen del culto público durante la pandemia.
Mons. Martin manifestó sus preocupaciones durante la reunión del 19 de abril con Donnelly, después de que el gobierno irlandés publicó el 12 de abril el nuevo reglamento (SI 171/2021) con estrictas regulaciones para los servicios religiosos.
Si bien el culto público se suspendió en la República de Irlanda en diciembre del 2020 como medida de seguridad para prevenir la propagación del coronavirus, ahora se considerará un delito penal la asistencia a una reunión por motivos religiosos.
La sanción por infligir las normas es una multa de 127 euros o hasta seis meses de cárcel.
En una declaración del 19 de abril, la Conferencia de Obispos Católicos Irlandeses dijo que Mons. Martin presentó sus objeciones a las nuevas regulaciones.
“El Arzobispo Eamon Martin explicó las profundas preocupaciones ya expresadas con respecto a la criminalización de dirigir y reunirse para el culto público en este momento en Irlanda, a pesar del apoyo constante de las iglesias a los mensajes de salud pública desde el comienzo de la pandemia”, indica el comunicado de los obispos.
El mensaje indicó que el Arzobispo “reiteró el apoyo de la Iglesia a la protección de la salud, la vida y el bien común, y enfatizó la importancia de respetar y sostener el bienestar espiritual de las personas junto con su salud física y mental. Para las personas de fe esto se considera esencial”.
“El Arzobispo enfatizó que el vital trabajo pastoral de los sacerdotes y otros ministros en el terreno también debe ser respetado y considerado esencial, en lugar de estar sujeto a sanciones penales. Los ministros religiosos a menudo están en la primera línea apoyando a los enfermos, los afligidos, los aislados y los que luchan por salir adelante”, agregó.
“El ministerio pastoral y el apoyo espiritual, que son tan importantes para las personas durante el tiempo de una pandemia, no deben limitarse a un pequeño número de 'actividades reguladas y legalmente aceptables'”, prosigue el mensaje.
Las nuevas regulaciones, que entraron en vigor el 13 de abril, prohíben la mayoría de las reuniones con grupos grandes, con una lista limitada de excepciones, incluso para los sacerdotes que celebran la Misa a través de transmisión en vivo, así como recepciones de bodas y funerales.
Mons. Martin había solicitado una reunión urgente con Donnelly en nombre de los cuatro arzobispos católicos de Irlanda.
El 18 de abril, en una declaración a nombre de los arzobispos, Mons. Martin dijo que los líderes de la Iglesia se enteraron de las nuevas regulaciones cuando fueron publicadas en el boletín oficial del gobierno irlandés, días después de su entrada en vigor.
El Primado de Irlanda acusó a los ministros de introducir las nuevas regulaciones “draconianas” sobre el culto público “de manera clandestina” y dijo que la Iglesia Católica estaba recibiendo asesoramiento legal.
La conferencia de obispos dijo que durante su reunión con Donnelly, Mons. Martin enfatizó la importancia de “conversaciones y consultas regulares y significativas entre la Iglesia, el Estado y los asesores de salud pública”.
Indicó que según el ministro el instrumento legal “no tenía la intención de centrarse únicamente en el culto, sino que estaba diseñado para regular las reuniones en el interior y al aire libre que podrían representar un riesgo”.
El gobierno ha señalado que a medida que avanza su programa de vacunación, comenzará a relajar cautelosamente las restricciones en mayo. Los obispos católicos han instado a las autoridades a dar prioridad a la reanudación del culto público.
Las Misas públicas han permanecido suspendidas en Irlanda a pesar de que se levantaron las restricciones en los países vecinos. El culto público se reanudó en la frontera en Irlanda del Norte el Viernes Santo, 2 de abril.
En marzo, un histórico fallo legal permitió reanudar las Misas públicas en Escocia. Las Eucaristías públicas han continuado en Inglaterra durante un estricto confinamiento que comenzó el 4 de enero.
Los obispos irlandeses informaron que el ministro de salud dijo a Mons. Martin que el gobierno reconocía la importancia del culto religioso y que “se consideraría la reapertura temprana del culto público de acuerdo con los consejos de salud pública en las próximas semanas”.
Irlanda, un país con una población de casi cinco millones de personas, ha registrado un total de 243.911 casos de COVID-19 y 4.836 muertes hasta el 20 de abril, según el Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins.
Las autoridades sanitarias dijeron el lunes 19 que habían identificado tres casos de la nueva cepa india de COVID-19 en Irlanda.
La conferencia de obispos señaló que Mons. Martin informaría a los otros arzobispos de Irlanda sobre la reunión. Mientras tanto, se precisó que la Iglesia continuará buscando “aclaraciones y asesoramiento legal sobre el alcance y las implicaciones del instrumento legal”.
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