Hace más de 70 años Bruno Cornacchiola era un adventista que escribía un artículo contra los dogmas marianos y deseaba asesinar al Papa Pío XII, sin embargo, una aparición de la Virgen María fue el inicio del camino que lo llevó a abrazar la fe católica.
El hecho ocurrió el 12 de abril de 1947. Ese día Bruno llevó al parque a sus tres hijos, Isola de 10 años, Carlo de 7 años y Gianfranco de 4 años. Mientras los niños jugaban, él escribía un artículo contra los dogmas marianos para su comunidad adventista.
🎥 VIDEO | La Virgen que se le apareció al hombre que quería matar al Papa. La historia de la aparición de la "Madonna delle Tre Fontane". pic.twitter.com/KzOBM8aJE3
— ACI Prensa (@aciprensa) April 13, 2021
En su sitio web, las Misioneras de la Divina Revelación relataron que Bruno, de 34 años y trabajador del servicio de tranvía, buscó “un lugar tranquilo para preparar el discurso que tendría que pronunciar el día siguiente sobre el tema: ‘María no fue siempre Virgen e Inmaculada’”.
Sin embargo, al notar que los niños no regresaban, fue a buscarlos y los encontró frente a la entrada de una gruta, con las manos juntas y los rostros pálidos, repitiendo las palabras: “Hermosa Señora, hermosa Señora”.
Cornacchiola vio a una mujer vestida de blanco, con un manto verde y una banda rosa, que sostenía las Escrituras. “Soy la Virgen de la Revelación. Tú me persigues, ahora basta. Regresa al redil santo (La Iglesia Católica)”, le dijo la Virgen María a Bruno.
La experiencia cambió al adventista que pronto se convirtió al catolicismo y, poco tiempo después, decidió presentarse ante Pío XII para contarle sobre la aparición de la que había sido testigo y pedirle perdón, porque antes de que se convirtiera, tenía la intención de matarlo.
“¡Aquí está la daga con el grabado ‘muerte al Papa’, con la que planeaba matarle! He venido a pedirle perdón”, indicó Cornacchiola al Papa.
Al ver su arrepentimiento, Pio XII respondió a Bruno que al matarlo “sólo habrías dado un nuevo mártir a la Iglesia, y a Cristo una victoria de amor”. “Hijo mío, el mejor perdón es el arrepentimiento”, le dijo el Santo Padre.
Cornacchiola presenció otras apariciones de la Virgen, que terminaron el 23 de febrero de 1982, cuando la Madre de Dios pidió a Bruno que construyera un santuario en su honor.
El Papa Pío XII permitió que se construyera una capilla en el lugar de la aparición, en los alrededores de la abadía trapense de Tre Fontane en Roma, cerca de la Basílica de San Pablo Extramuros.
En 1997, San Juan Pablo II aprobó el nombre del lugar como “Santa María del Tercer Milenio a las Tres Fuentes”. Hoy, una congregación de hermanas, las Misioneras de la Divina Revelación, están afiliadas al santuario.
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