El arrianismo tiene su origen en el sacerdote alejandrino Arrio, quien formuló una herejía en contra del dogma de la Santísima Trinidad: la negación de la divinidad de Jesucristo. Esta fue adoptada por el pueblo visigodo durante su permanencia en el Imperio Romano de Oriente.
El último monarca que profesó esta herejía fue Leovigildo, padre de San Hermenegildo, quien afianzó en España el dominio del pueblo visigodo entre 1569 y 1586.
A pesar de que San Hermenegildo fue criado dentro de esta herejía, se casó con una princesa católica franca de nombre Ingunda en el 576, de la cual aprendió todo acerca de la fe.
Por otro lado su padre contrajo segundas nupcias con Goswintha viuda del rey Atanagildo, quien además era abuela de Ingunda y una fervorosa arriana anticatólica.
Goswintha era intransigente con Ingunda y trató de apartarla de la religión católica. Ante la negativa y para zanjar el entredicho, en el año 579 el rey Leovigildo envió a Hermenegildo a la ciudad de Bética (hoy Córdova, Andalucía), donde sería gobernador.
Sin embargo, ante el insostenible fanatismo religioso de su madrastra y la severidad con que su padre trataba a los católicos en España, San Hermenegildo se vio obligado a tomar las armas en protección de sus hermanos cristianos y de sí mismo.
Fue por ello que el ahora santo decidió alzarse en armas contra su padre, con el apoyo de Bética y Mérida, y se proclamó rey. Asimismo, formó una alianza con los bizantinos.
Tras cinco años de guerra civil, Hermenegildo fue derrotado y capturado en Sevilla por su padre. Después fue desterrado a Tarragona donde finalmente sería ejecutado con un mazo en la cabeza en la Pascua del año 585, por no querer recibir la comunión de manos de un obispo arriano.
El rey Leovigildo murió en el 586 y fue sucedido por el hermano de Hermenegildo, Recaredo, que un año después se convirtió al catolicismo. En el III Concilio de Toledo (589) los principales representantes del pueblo godo profesaron solemnemente la fe católica, fecha que marca la asociación de España y el catolicismo hasta hoy.
San Gregorio el Grande atribuye a los méritos de San Hermenegildo la conversión de su hermano Recaredo y de toda la España visigótica.
En 1585 Felipe II de España le pide al Papa Sixto V que autorice el culto al mártir Hermenegildo en todo el reino. Su festividad se escogió en el aniversario de su muerte, el 13 de abril.
San Hermenegildo fue oficialmente canonizado por el Papa Urbano VIII en 1639 y lo declaró “patrono de los conversos”.
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