De sus primeros momentos de estancia en Bolivia como misionero, recuerda cómo los pobladores le cambiaron su esquema inicial en el que no pensaba en construir iglesias: “Dije, ya tenemos bastantes catedrales hermosas, lindas en España”.
Sin embargo, “yendo a las asambleas para levantar diagnósticos de la realidad del barrio”, los feligreses tenían claras sus prioridades: “Primera necesidad del barrio, templo. Segunda necesidad del barrio, templo. Tercera, templo”. Cuando preguntó por las razones de tanta insistencia, le respondieron: “Porque hay que estar bien con Diosito”.
“Donde se levanta un templo, viene la escuela, viene la cancha, viene el hospital, viene todo lo demás”, concluye el Prelado emérito, quien agradece a los obispos españoles porque, en general, dan las facilidades “a todo sacerdote que quiere ir a misiones”.
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