Los Institutos Nacionales de Salud (NIH), las agencias de investigación médica más importantes del Gobierno de los Estados Unidos, revirtieron las restricciones impuestas a la investigación, financiada con fondos federales, que utiliza tejido y órganos fetales de bebés abortados.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), del que forman parte los NIH señaló el viernes 16 de abril que eliminaría el requerimiento impulsado por el Gobierno de Donald Trump en el 2019, el cual procuraba que una junta asesora de ética federal revise todas las propuestas para investigación del tejido fetal.
Tom McClusky, presidente de la organización provida March for Life Action, calificó el anuncio de “muy decepcionante”.
“Este tipo de investigación experimental es una grave violación de la dignidad humana y no es donde la mayoría de los estadounidenses quieren que se gaste el dinero de sus impuestos. El gobierno no tiene por qué crear un mercado para las partes del cuerpo de un bebé abortado”, señaló.
En junio de 2019, el Departamento de HHS detuvo una nueva investigación que utiliza tejido fetal de bebés abortados en las instalaciones de los NIH. Para la investigación de los tejidos fuera de las instalaciones de los NIH, la agencia requería la aprobación de las juntas asesoras de ética federal.
Xavier Becerra, secretario del HHS, anticipó el anuncio el jueves 15 de abril en una audiencia del Comité de Asignaciones de la Cámara de los Estados Unidos. Este anticipó a los miembros que esperaran un anuncio sobre la investigación del tejido fetal al día siguiente.
Con la nueva política, la administración del presidente Joe Biden “obligaría a los estadounidenses a ser cómplices de experimentos bárbaros utilizando partes del cuerpo extraídas de niños inocentes asesinados en abortos, sin límites de ningún tipo”, dijo Marjorie Dannenfelser, presidenta de la organización provida Susan B. Anthony List.
La doctora Tara Sander Lee, investigadora principal y directora de ciencias de la vida en el Charlotte Lozier Institute, dijo que la política “desafía tanto la mejor ética como la ciencia más prometedora”.
“Explotar los cuerpos de estos jóvenes seres humanos es innecesario y grotesco. Existen alternativas superiores y éticas disponibles, como los modelos de células madre adultas que utilizan innumerables científicos en todo el mundo para desarrollar y producir medicamentos avanzados que tratan a los pacientes ahora, sin la explotación de ninguna vida inocente”, explicó
El Charlotte Lozier Institute afirmó que el tejido fetal se utilizó anteriormente para experimentos con ratones humanizados en las instalaciones de los NIH y de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), antes de la moratoria del gobierno de Trump.
El consejo asesor de ética federal de los NIH, que se reunió en 2020, incluyó a varios bioeticistas católicos como el P. Tadeusz Pacholczyk, director de educación del National Catholic Bioethics Center, y Greg Burke, copresidente del comité de ética de la Catholic Medical Association (CMA).
El consejo votó finalmente para retener los fondos federales de 13 propuestas diferentes de investigación de tejido fetal. Las 13 propuestas vetadas por la junta contenían “serios problemas éticos y de consentimiento descubiertos durante la revisión de la propuesta”, dijo el Charlotte Lozier Institute.
El documento del Vaticano de 2008 Dignitatis personae señala que los investigadores tienen el deber de rechazar el tejido fetal abortado, ya que “el uso de embriones o fetos humanos como objeto de experimentación constituye un delito en consideración a su dignidad de seres humanos, que tienen derecho al mismo respeto debido al niño ya nacido y a toda persona”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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