28 de marzo de 2023 / 2:20 p. m.
Con un acto en el atrio de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, la Iglesia en Córdoba (Argentina) clamó por el fin de las drogas y la violencia.
Las palabras centrales de la intervención pública estuvieron a cargo del Arzobispo de Córdoba, Mons. Ángel Sixto Rossi, ante una numerosa concurrencia que se congregó en la plaza San Martín.
Allí, el Prelado le puso palabras a un clamor “que nace de lo hondo del corazón”, con una mezcla “de angustia, de miedo, de bronca, de impotencia”, destacando al mismo tiempo la esperanza “de que otra patria es posible, que entre todos podemos”.
La consigna que convocó a los cordobeses fue “basta de droga y violencia”, un anhelo que, precisó el Arzobispo, “no sabe de grieta”, de banderas ni partidos, sino que es “del pueblo”.
El tema central, aseguró, es “el bien común de nuestra gente, el cuidado de todos y especialmente de los más débiles, los más vulnerados y vulnerables, los descartados, los tirados al borde del camino”.
El Arzobispo alertó sobre los niños y jóvenes “víctimas de la miserabilidad de unos pocos”, los abuelos en los barrios que sufren el encierro, la deserción escolar, las aulas “reemplazadas por una esquina del barrio o un rincón en la placita”.
(El artículo continúa después)
En esa línea, apuntó a quienes tienen responsabilidades en administrar la política, la economía y el poder, y llamó a ejercer la solidaridad en lo cotidiano.
“Es misión compartida: ‘Estamos todos en la misma barca’”, sostuvo con palabras del Papa Francisco.
Por ello, llamó a aplicar el modelo de amor del buen samaritano “basado en la atención al débil, el cuidado del enfermo, la cercanía al otro, la escucha y el diálogo, la pacífica resolución de conflictos, la unidad ante los problemas que enfrentamos, la salida de nosotros mismos al encuentro del hermano”.
“Si no actuamos hoy, dejaremos de ser protagonistas -parte de la solución de este drama, de esta lucha- para convertirnos en meros espectadores de esta tragedia”, advirtió, llamando a dejar de lado la indiferencia o la “negligencia cómplice”.
“Es la hora de la verdad. ¿Nos inclinaremos para tocar y curar las heridas de los otros? ¿Nos inclinaremos para cargarnos al hombro unos a otros? Este es el desafío presente, al que no hemos de tenerle miedo”, subrayó.
Finalmente, destacó la obligación cívica a comprometerse con los marginados y sufrientes, a hacer todo lo que sea posible por los demás, y llamó a soñar con una nueva Argentina.
Adhirió a la convocatoria el Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz), con una campaña en redes sociales que invitaba a los cordobeses a manifestarse en contra de la droga y la violencia.
También asistieron a la manifestación el intendente de Córdoba, Martín Llaryora, y el viceintendente Daniel Passerini.
Durante el acto, dos jóvenes dieron testimonio sobre su recuperación de las adicciones y se firmó un acta de compromiso para trabajar en la superación de los flagelos de la droga y la violencia.
Si bien el foco del narcotráfico, donde la situación es crítica por el gran número de crímenes, es la ciudad de Rosario, en Córdoba se encendieron las alarmas hace algunas semanas a raíz del ataque a disparos contra un centro de jóvenes en recuperación de adicciones, coordinado por el P. Mariano Oberlín.
Al conocerse el episodio, el Arzobispo expresó: “Depende de nosotros que esto no sea Rosario”.
Rosario marcha por la paz
Con la consigna "Por una Rosario en paz", se llevará a cabo en dicha ciudad santafesina una marcha en silencio y con banderas argentinas.
La cita es el miércoles 29 de marzo a las 16:00 horas en la Plaza San Martín (Córdoba y Dorrego), y la marcha se dirigirá hacia el Patio Cívico del Monumento a la Bandera.
En la convocatoria se afirma que la mayoría de la población desea trabajar y estudiar en paz, sin violencia.
Publicar un comentario