23 de marzo de 2023 / 8:16 p. m.
Un congresista en Estados Unidos denunció que el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, está en guerra contra la libertad religiosa y por ello tiene en la mira a la Iglesia Católica.
“Ortega está librando una guerra contra la libertad religiosa, y tiene en la mira a la Iglesia Católica como la institución independiente más importante que queda en Nicaragua”, advirtió el representante republicano por Nueva Jersey, Christopher H. Smith, durante una audiencia realizada en el Congreso de los Estados Unidos el 22 de marzo.
La audiencia pública tuvo por título “La guerra del régimen Ortega-Murillo contra la Iglesia Católica y la sociedad civil en Nicaragua: Mons. Álvarez, los prisioneros políticos y los prisioneros de conciencia”.
Rosario Murillo es la esposa de Daniel Ortega, en el poder desde 2007 y reelegido en dos oportunidades en elecciones cuestionadas por la oposición, la Iglesia en Nicaragua y la comunidad internacional.
En su intervención, Smith exhortó al gobierno de Estados Unidos a “trabajar para garantizar que el presidente Ortega y sus cómplices rindan cuentas por sus crímenes atroces”.
“La represión extrema que el régimen Ortega-Murillo está cometiendo contra el pueblo de Nicaragua merece una atención aún mayor por parte de Estados Unidos y nuestros aliados”, señaló.
“Bajo la presidencia de Daniel Ortega, Nicaragua se ha convertido en una dictadura paria, aliada de otros abusadores de derechos humanos como Cuba, Venezuela, Rusia, Irán, Corea del Norte y la República Popular China”, denunció Smith.
La audiencia sobre Nicaragua, organizada por la Subcomisión conjunta de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, se llevó a cabo un día después de que el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, admitiera en rueda de prensa que “no estaba siguiendo” la grave situación del Obispo Rolando Álvarez.
Mons. Álvarez, Obispo de Matagalpa, fue condenado el 10 de febrero a 26 años y 4 meses de cárcel, acusado de ser “traidor a la patria”.
El Prelado rechazó ser deportado junto a otros 222 presos políticos a Estados Unidos, prefiriendo quedarse junto a otros 37 presos que permanecen en las cárceles de Nicaragua.
Sin embargo, las autoridades aún no dan razón del paradero actual del Prelado.
Mons. Rolando Álvarez y la persecución religiosa
(El artículo continúa después)
Christopher Smith afirmó que “el obispo Álvarez se ha convertido en un símbolo de la lucha del pueblo nicaragüense por la libertad, pero a cambio de su valentía ha sido condenado injustamente a 26 años en una de las cárceles más brutales de América Latina, La Modelo”.
El centro penitenciario Jorge Navarro -conocido también como la cárcel “La Modelo”- ha sido un destino frecuente de los presos políticos en Nicaragua, donde han sufrido una serie de violaciones a los derechos humanos.
En octubre de 2022, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) describió algunas violaciones que se cometen allí, como el hacinamiento de los presos, la falta de atención médica, las agresiones del personal de la cárcel contra los reclusos, la retención de los familiares que hacen visitas y la ingesta de comida mezclada con detergente.
“Seguiremos abogando por la liberación incondicional de Mons. Álvarez y de los demás presos políticos y de conciencia que permanecen en Nicaragua”, subrayó Smith.
Félix Maradiaga, expreso político y excandidato presidencial en Nicaragua, ofreció su testimonio en la audiencia.
Maradiaga lamentó que “la nueva cara de la represión de Ortega se ha centrado en la persecución de la Iglesia Católica. Hay que decirlo con toda claridad: Hoy en Nicaragua hay una persecución religiosa”.
Además del encarcelamiento de Mons. Rolando Álvarez, la dictadura de Ortega cerró recientemente la Universidad Católica Juan Pablo II. En 2022 expulsó del país a 22 religiosas Misioneras de la Caridad y al Nuncio Apostólico.
Ortega encarna “un legado de opresión”
El expreso político describió luego que desde hace unos años, “Ortega constituía un claro peligro para el pueblo de Nicaragua, pero también para el hemisferio. Ortega es una reliquia de la guerra fría y encarna un legado de opresión contra la dignidad humana”.
El expreso político recordó que estuvo recluido 611 días en la cárcel de torturas conocida como “El Chipote”, donde “en algún momento incluso me metieron en una celda de castigo simplemente por mi decisión de ayunar y rezar en voz audible”.
“El Chipote” es el principal centro penitenciario donde la dictadura envía a sus opositores, entre ellos también varios sacerdotes católicos. Según algunos, la cárcel y sus condiciones están hechas para que los presos y los familiares colapsen.
“No se me permitía leer ni escribir. Ni siquiera una Biblia, que es, insistí, fundamental para mi fe católica. Han pasado casi 4 años desde mi anterior testimonio aquí y también en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y a pesar de todos los esfuerzos de la comunidad internacional, la dictadura de Ortega no ha hecho más que volverse más despiadada”, lamentó.
Maradiaga indicó además que Ortega “no ha tenido reparos en expresar su odio a Estados Unidos. Es hora de pasar a un nuevo estado de mayor presión, donde se utilicen todas las herramientas de la diplomacia, incluyendo el cierre de los canales de financiación directa a la dictadura”.
“Hacen falta más sanciones”
Félix Maradiaga resaltó también que “las dictaduras no se desmantelan con métodos tímidos. Hay gente en Nicaragua dispuesta a luchar pacíficamente por la libertad, pero no podemos hacerlo solos”.
Juan Sebastián Chamorro, excandidato presidencial que fue arrestado en su casa delante de su esposa y su hija, resaltó por su parte la importancia de “mantener la presión contra los responsables de crímenes, muertes y abusos”.
“Desde esta ciudad brilla la luz de la libertad, iluminando a millones de personas en todo el mundo que siguen sufriendo las cadenas de la injusticia”, aseguró durante la audiencia del 22 de marzo.
De otro lado, la defensora de los derechos humanos Bianca Jagger abogó por la libertad de Mons. Rolando Álvarez y alertó que “no debemos dejarnos engañar por la supuesta 'liberación' de los presos políticos, a pesar de ser la primera buena noticia que tenemos en mucho tiempo”.
“Hacen falta más sanciones. No es el momento de hacer concesiones”, agregó.
La audiencia del 22 de marzo se realizó días después de que, a pedido de la dictadura de Ortega, el último funcionario de la Nunciatura Apostólica, la embajada del Vaticano, dejara Nicaragua, a lo que podría seguir la ruptura formal de las relaciones diplomáticas entre el país centroamericano y la Santa Sede.
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