21 de marzo de 2023 / 5:30 p. m.
Cuatro sacerdotes católicos responden a una simple pero importante pregunta para la vida de fe de los fieles: ¿Por qué ir a un retiro espiritual?
El P. Antonio Domenech Guillén, sacerdote de la Diócesis de Cuenca (España), resalta que “un retiro siempre es conveniente, sobre todo en Cuaresma y Pascua, los tiempos fuertes que nos ayudan a acercar nuestro corazón al Señor”.
“Siempre nos hace falta. Dice Jesús en el Evangelio que ‘no tienen necesidad de médico los que están sanos, sino los enfermos’ y si reconocemos que somos enfermos, el Señor nos cura cada día, y una buena manera es ir a retirarse para curarse, como el que va a un hospital, al médico”, explica el sacerdote en declaraciones a ACI Prensa.
“Si tú le das tu tiempo a Dios, Él lo multiplica como todos los bienes espirituales. Los materiales se parten, se dividen. Si partimos la leña con el vecino, tenemos la mitad de leña; si partimos la herencia con los hermanos, tenemos menos herencia”.
Sin embargo, continúa, “todo lo que es espiritual: la fe, la esperanza, el amor, cuanto más se da, más se tiene. Y si nosotros le damos tiempo al Señor, Él lo hará fructificar, porque no se deja vencer en generosidad”.
En una línea semejante se pronuncia el P. Guillermo Serra LC, conferencista y autor de los libros “Sal de tu cielo” y “Jesús a mi alma”. Según indica a ACI Prensa, “un retiro es un momento de encuentro personal prolongado, sin distracciones, con Dios, y en Dios, con uno mismo”.
“Vivimos una vida muy rápida y a veces superficial. Hay muchas exigencias y demandas exteriores que nos impiden escuchar la voz de Dios y nuestra propia voz interior”, asegura.
“Dedicar un tiempo de retiro nos permite escuchar la voz de Dios y ver con más claridad cómo Dios quiere ser conocido, amado y poseído”, subraya el sacerdote.
El silencio y el “desierto”
El P. Serra resalta asimismo la importancia del silencio en un retiro espiritual: “El silencio es fundamental como condición de posibilidad de este encuentro con el amor de nuestra vida, nuestro Creador y Redentor”.
De ese modo, el retiro “nos llena de vida y nos regresa a nuestro mundo con paz y con un sentido de trascendencia y apertura más generosa a los demás”, agrega.
Para el P. Francisco Javier “Patxi” Bronchalo, sacerdote de la Diócesis de Getafe (España) y autor de los libros “Cuando el sexo te atrapa” y “Santos o nada”, es importante la experiencia de “desierto”.
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“Ir a un retiro es entrar a ese desierto con Dios y con uno mismo, ver cómo está la vida a la luz de la Palabra de Dios. Cuando vemos cómo está nuestra vida con nuestros ojos o los de los demás, muchas veces nos hacemos daño”, señala.
En un retiro, en cambio, “ponemos a Dios en nuestra vida y así maduramos en la fe, dándole profundidad y viendo qué nos dice el Señor en los acontecimientos concretos que vivimos”, concluye.
De otro lado, el P. Juan Solana LC, fundador y director del Centro Magdala que suele ofrece retiros virtuales en Tierra Santa, comenta que “retirarse significa apartarse y no se ha apartado uno para evadir el mundo, escaparse del mundo, al contrario, el concepto de un retiro en la vida cristiana es apartarse del ruido de lo cotidiano de lo habitual para dedicarse con más intensidad a la oración y al encuentro con Dios”.
“Es como cuando uno sube a una montaña y ve el panorama de todo de completo, lo ve desde arriba, lo ve claro y cuando uno está abajo caminando en el valle pierde muchas cosas de perspectiva”, prosigue el sacerdote en declaraciones a ACI Prensa.
Además del encuentro con Dios, resalta, en el retiro “nos encontrarnos también con nosotros mismos, porque muchas veces andamos con nosotros, sin nosotros”.
Para finalizar, el P. Domenech anima a asistir a un retiro si es que hay la oportunidad: “Si lo estás dudando, si tienes la ocasión, ve un retiro. Es el momento, es el hoy de Jesús”.
Colaboró en esta nota Ana Paula Morales, corresponsal de ACI Prensa en México.
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