27 de marzo de 2023 / 10:15 p. m.
“Esperamos el fruto más grande: la conversión de Rusia”, asegura el P. Taras Zheplinsky, jefe de la oficina de información del Patriarcado Greco-Católico de Ucrania.
Así lo indicó el sacerdote en una entrevista concedida a ACI Prensa -gracias a la colaboración de la ONG Ucrania Resiliente y a la traducción de Victoria Tsaider- en el marco del primer aniversario de la consagración que hizo el Papa Francisco de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María.
El P. Zheplinsky destacó que “el primer fruto y el más importante es que la Virgen ayudó al pueblo ucraniano a resistir, defendiéndose durante todo el año de la agresión rusa a gran escala. Y el fruto que está por venir es la conversión de Rusia del mal por el que está poseído, y que ha traído a la tierra ucraniana”.
El sacerdote recordó asimismo que “consagrar el mundo entero, y especialmente Rusia y Ucrania, a su Inmaculado Corazón fue la petición de la misma Virgen en Fátima”.
“El Papa dijo durante la consagración -el 25 de marzo de 2022- que bajo la Cruz, junto con la Virgen, se encuentra una humanidad asustada y cansada, especialmente los pueblos ucraniano y ruso. Su Santidad llamó al pueblo ucraniano y al pueblo ruso ‘dos naciones diferentes, dos pueblos, de pie bajo la Cruz’”, continuó.
El P. Zheplinsky resaltó también que, cuando se apareció en 1917 a los tres pastorcitos videntes, la Virgen de Fátima pidió que Rusia sea consagrada a su Inmaculado Corazón.
“Esta distinción es muy importante, porque Rusia tiene una visión diferente con respecto a esta situación. Esta guerra es consecuencia de la negación a Ucrania de su derecho a la existencia. Rusia no reconoce el derecho a la existencia del pueblo ucraniano como tal”, declaró el presbítero.
“Para los rusos, que han cometido una agresión injusta contra los ucranianos, somos considerados una especie de rusos herejes a los que hay que reeducar. Y con su agresión esperan reeducarnos para que seamos rusos de verdad”, prosiguió.
El jefe de la oficina de información del Patriarcado de Ucrania también indicó a ACI Prensa que “esto es lo que han denominado uno de los objetivos de una guerra a gran escala, como ellos la han llamado: la ‘desnazificación’ de Ucrania. Y es esta negación del derecho a existir del pueblo ucraniano como tal”.
“Así que el hecho de que el Papa consagre dos pueblos al Inmaculado Corazón de María es muy importante, porque lo que está diciendo es que el pueblo ucraniano existe, a pesar de que los rusos le nieguen el derecho a existir”, afirmó el sacerdote.
“Hoy en Ucrania intentamos comprender el significado de nuestro dolor. Y nuestra victoria y la derrota del agresor dependen de si comprendemos por qué sufrimos y quién nos da fuerza”, aseguró.
El sacerdote manifestó asimismo que la Iglesia Católica como estructura, “los sacerdotes y obispos que permanecieron con el pueblo, al principio incluso de la ocupación y luego fueron expulsados, mostraron la presencia del Dios vivo entre su pueblo”.
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“Nosotros, como Iglesia, vemos en las heridas del pueblo ucraniano las heridas de Cristo mismo. Creemos que en el cuerpo de Ucrania hoy el agresor está crucificando a Jesucristo mismo. Nos ayuda a ver el sentido de nuestro dolor, ver que Dios mismo sufre con nosotros”, lamentó.
“Nótese que después de esa consagración comenzó la liberación de las tierras ucranianas de las botas mortíferas del agresor ruso. A partir del 1 de abril, las afueras de Kyev fueron liberadas paso a paso, seguidas de Zhytomyr, Kyiv, Chernihiv, Sumy, Kharkiv y la parte derecha de Kherson. Bajo la protección de la Santísima Virgen María, Ucrania marcha hacia la victoria”, precisó el P. Zheplinsky.
Por lo que “la renovación de la consagración, que el Papa pidió la víspera, es importante, porque la guerra continúa, y muchas más tierras del pueblo ucraniano esperan la liberación. También esperamos el fruto más grande: la conversión de Rusia”, indicó.
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