El Papa Francisco aseguró que “el cambio climático se ha convertido en una emergencia que ya no permanece en los márgenes de la sociedad” y dijo que el cuidado del planeta es “una obligación moral” para los hijos de Dios.
Con estas palabras comenzó su mensaje dirigido a los participantes en la “Conferencia sobre la resiliencia de las personas y los ecosistemas bajo el estrés climático”, organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias.
El Papa aseguró además que este fenómeno ha afectado “negativamente a la familia humana global, especialmente a los pobres y a los que viven en las periferias económicas de nuestro mundo” y animó a proteger a las personas y al planeta.
A continuación, el Papa recordó que “la fe cristiana ofrece una contribución particular a este respecto” y aseguró que “el cuidado de nuestra casa común” no es “un mero empeño utilitario, sino una obligación moral para todos los hombres y mujeres como hijos de Dios”.
Asimismo, el Papa invitó a agradecer el “don amoroso y generoso de Dios en la creación”, a reconocer “la comunión universal” y a abordar los problemas medioambientales como una comunidad.
“Pienso, por ejemplo, en el papel que pueden desempeñar las naciones más favorecidas económicamente en la reducción de sus propias emisiones y en la prestación de ayuda financiera y tecnológica para que las zonas menos prósperas del mundo puedan seguir su ejemplo”, dijo el Papa.
Además, señaló su preocupación por la “pérdida de la biodiversidad y las numerosas guerras que se libran en diversas regiones del mundo y que, en conjunto, traen consigo consecuencias nefastas para la supervivencia y el bienestar de los seres humanos, incluidos los problemas de seguridad alimentaria y la creciente contaminación”.
“Por las razones mencionadas, recientemente he aprobado que la Santa Sede, en nombre y representación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se adhiera a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y al Acuerdo de París”, explicó a continuación.
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