El Palacio de Buckingham anunció este 9 de abril el fallecimiento del príncipe Felipe de Inglaterra, a la edad de 99 años, marido de la reina Isabel II y que tuvo la oportunidad de conocer personalmente a cuatro pontífices.
Según el comunicado de la casa real británica, el príncipe y duque de Edimburgo falleció “en paz en el castillo de Windsor”.
A lo largo de su vida como consorte de la reina, que también es cabeza de la Iglesia de Inglaterra, el duque de Edimburgo se encontró con los papas San Juan XXIII, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
Al pontífice alemán lo recibió personalmente en el aeropuerto de Edimburgo durante el viaje apostólico del actual Papa Emérito a Reino Unido en 2010.
El fallecimiento del marido de Isabel II marca un cambio de época para el Reino Unido. El Arzobispo de Westminster, Cardenal Vincent Nichols, dijo en un mensaje que “en este momento de tristeza rezo por el descanso del alma del príncipe Felipe, fiel y leal marido de Su Majestad la Reino. Rezo por la Reina y por toda la familia real”.
El Cardenal Nichols recordó también “la presencia y personalidad del príncipe Felipe, tan llena de vida y de vigor. Fue un ejemplo de lealtad y de deber ejercitado con gracia”.
En declaraciones a ACI Stampa, la agencia en italiano del Grupo ACI, el arzobispo Ian Ernest, representante personal del arzobispo anglicano de Canterbury en Roma, destacó “la alegría de haber conocido al príncipe Felipe y a la Reina durante la Conferencia de Lambeth del año 2008, cuando asistí como arzobispo del Océano Índico. Los monarcas habían organizado una tea party y tuve el privilegio de conocerlos y conversar con ellos durante unos minutos”.
El arzobispo Ernest recordó que el príncipe Felipe visitó junto con la reina en el año 2000 el Anglican Center, un centro anglicano establecido en Roma en 1966 como nexo con la Santa Sede, poco después de la visita que los reyes habían realizado a San Juan Pablo II.
Perteneciente en su origen a la casa real de su natal Grecia, el príncipe Felipe se trasladó con su familia desde muy joven al Reino Unido, país del que obtuvo la nacionalidad.
Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Marina Real Británica y adaptó su apellido, de origen alemán, al inglés: Mountbatten.
Para poder casarse con la futura reina Isabel II, debió renunciar al título de príncipe de Grecia y Dinamarca y abandonar la Iglesia Ortodoxa Griega, a la que pertenecía, y adoptar el anglicanismo. El padre de la futura reina, el rey Jorge VI, le concedió el título de duque de Edimburgo y el trato de Alteza Real.
Nota traducida y adaptada por Miguel Pérez Pichel. Publicada en ACI Stampa.
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