Al dirigirles hoy un mensaje a los participantes del I Encuentro Internacional de rectores y colaboradores de los Santuarios, el Papa Francisco aseguró que la piedad popular es “el sistema inmunológico de la Iglesia”, pues “nos salva de muchas cosas”.
“Cuánta necesidad tenemos de los Santuarios en el camino cotidiano que la Iglesia realiza”, destacó el Santo Padre, pues estos “son el lugar donde nuestro pueblo se congrega para expresar su propia fe en la simplicidad, y según las varias tradiciones que se han transmitido desde la infancia”.
“Por muchos motivos, nuestros Santuarios son insustituibles porque mantienen viva la piedad popular, enriqueciéndola con una formación catequética que sostiene y fortalece la fe y al mismo tiempo, alimentando el testimonio de la caridad”, aseguró.
El I Encuentro Internacional de rectores y colaboradores de los Santuarios, que lleva como tema “El Santuario, puerta abierta para la nueva evangelización”, se realiza del 27 al 29 noviembre en el Aula Magna de la Pontificia Universidad Lateranense.
El Papa subrayó además la importancia de que los Santuarios sepan acoger a los peregrinos, ya sea que lleguen en grupos organizados o de forma individual.
“Es triste cuando sucede que, a su llegada, no hay nadie que les dé la bienvenida y los acoja como peregrinos que han realizado un viaje, muchas veces largo, para llegar al Santuario. No puede suceder que se dé mayor atención a las exigencias materiales y financieras, olvidando que la realidad más importante son los peregrinos”, señaló.
“Cuando estas personas, son acogidas, se vuelven más disponibles a abrir sus corazones y dejar que sean moldeados por la Gracia”, dijo.
El Santo Padre destacó que “un clima de amistad es una semilla fecunda que nuestros Santuarios pueden sembrar en la tierra de los peregrinos, permitiéndoles recuperar esa confianza en la Iglesia que a veces puede haber sido decepcionada por la indiferencia recibida”.
El Papa resaltó además que la mayoría de los Santuarios “están dedicados a la piedad mariana”, por lo que son lugares en los que “la Virgen María abre los brazos de su amor maternal para escuchar la oración de cada uno y escucharla”.
“Los sentimientos que todo peregrino siente en lo más profundo de su corazón son los que también encuentra en la Madre de Dios. Aquí Ella sonríe dando consuelo. Aquí Ella derrama lágrimas con los que lloran”.
También es importante, indicó, que los Santuarios sean centros de misericordia. “El sacramento de la Reconciliación, que tantas veces se celebra en los Santuarios, necesita sacerdotes bien formados, santos, misericordiosos, capaces de hacer gustar el verdadero encuentro con el Señor que perdona”, señaló.
Además, dijo, “las obras de misericordia piden ser vividas de manera especial en nuestros Santuarios, porque en ellos la generosidad y la caridad se realizan de manera natural y espontánea como actos de obediencia y amor al Señor Jesús y a la Virgen María”.
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