Por primera vez en el Vaticano se realizó la Conferencia Internacional “Drogas y dependencias: un obstáculo al desarrollo humano integral”, que reunió a personas comprometidas en la lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes, así como también en el campo de la prevención, educación y rehabilitación de las víctimas de estas sustancias y otras dependencias.
El evento se realiza en el Aula Nueva del Sínodo a partir de este jueves 29 de noviembre, y finalizará el 1 de diciembre, y está organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Al inicio de la conferencia, el Prefecto del dicasterio, Cardenal Peter Turkson, destacó que se busca acentuar “el peligro de las dependencias que comprometen gravemente el uso de la facultad humana de la libertad e impiden el desarrollo de la totalidad de la persona, en cada una de sus dimensiones, además de la promoción” de la persona humana.
Además, el Cardenal Turkson aseguró que en la actualidad hay individuos que “tienen menos conciencia de sus límites” y parecería que “las dificultades existenciales podrían encontrar una solución y una respuesta a través del recurrir a productos que podrían hacer olvidar los problemas, calmarían las inquietudes y darían la impresión de vivir una vida casi perfecta, aunque fuera irreal”.
El Purpurado alertó que “la dependencia de la droga, como también la de internet, los juegos, el sexo, lastiman fuertemente la libertad de la persona, que es la expresión fundamental de la dignidad del ser humano”.
Por este motivo, el Cardenal Turkson remarcó que “esta plaga debe ser condenada firmemente porque es alimentada por hombres sin escrúpulos, que, cediendo a la tentación de ganancias fáciles, siembran muerte abatiendo esperanzas y destruyendo tantas familias”.
En esta línea, el Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral explicó que este evento se encuadra plenamente en su misión al servicio de la persona, “especialmente del más débil”, porque la vulnerabilidad de las personas con dependencias es “una ocasión para unir fuerzas y estudiar a fondo el problema, a través de la reflexión y la discusión y para compartir las mejores prácticas”.
Por último, el Cardenal Turkson recordó que durante estos días los participantes compartirán momentos fraternos pero también la Eucaristía, “Sacramento de unidad y reconciliación entre nosotros y con nosotros mismos”, en el que principalmente rezarán “por las víctimas de las dependencias, por sus familias, por quienes los cuidan y por todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan para garantizar un mundo libre de las dependencias”.
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