“No se puede ser un buen sacerdote sin un diálogo filial con el Obispo”. Así lo aseguró el Papa Francisco durante la audiencia que concedió el sábado 24 de noviembre a los seminaristas de la Diócesis italiana de Agrigento.
El Santo Padre pidió a los seminaristas que se mantengan siempre, a lo largo de su ministerio sacerdotal, unidos al Obispo, porque el Obispo “es aquel que, en nombre de Dios, dice: ‘este es el camino’”.
En su discurso a los seminaristas, el Santo Padre señaló que, en la vocación de acudir a la misión en salida, existe el peligro de “salir mal”. “Si no existe un horizonte apostólico, está el peligro de equivocarse y salir no para llevar un mensaje, sino para ‘pasearse’”.
Para evitarlo, recomendó estar siempre en comunión con el Obispo pues, “en definitiva, quien da la misión es el Obispo”. “No se puede vivir el sacerdocio sin una misión. El Obispo no da únicamente un encargo: ‘ocúpate de esta parroquia’ como el director de un banco encarga a sus empleados. No, el Obispo da una misión: ‘santifica a esa gente, lleva a Cristo a esa gente’”.
Por ese motivo “es importante el diálogo con el Obispo”. “El Obispo es un padre que ayuda a crecer, es un padre que prepara para la misión. Cuanto más conozca el Obispo al sacerdote, menos peligro habrá de equivocarse en la misión”.
Francisco pidió a los seminaristas: “por favor, dejaros formar. No son caprichos lo que os piden los formadores. Si no estáis de acuerdo con algo, hablad con ellos”. “Es importante que digáis aquello que sentís. Así se puede formar la personalidad”.
El Papa recordó que “la Iglesia no es un organigrama. Es cierto que en ocasiones empleamos organigramas para ser más funcionales, pero la Iglesia va más allá de os organigramas, es otra cosa: es la vida, la vida ‘organizada’ por el Espíritu Santo”.
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