El Papa Francisco dirigió este 11 de febrero una carta al presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella, donde pidió que el tiempo precedente al Jubileo sea “un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia”.
La oración como preparación
En su carta, el Santo Padre animó a prepararnos para el próximo Jubileo mediante la oración para “recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo”.
El Papa invitó a los fieles a unirse en una oración que permita dirigirnos “al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción”.
De este modo, el Santo Padre pidió que el año precedente al Jubileo sea “un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos”, concluyó.
Mantener la llama de la esperanza
El Papa Francisco explicó que la llegada del Coronavirus nos hizo ver “el drama de morir en soledad” y nos permitió comprender “la fugacidad de la existencia”. Asimismo, confirmó que esta pandemia cambió “nuestro estilo de vida” y por ello necesitamos recuperar la esperanza.
“Como cristianos, hemos pasado juntos con nuestros hermanos y hermanas los mismos sufrimientos y limitaciones. Nuestras iglesias han sido cerradas, así como las escuelas, fábricas, oficinas, tiendas y espacios recreativos. Todos hemos visto limitadas algunas libertades y la pandemia, además del dolor, ha despertado a veces la duda, el miedo y el desconcierto en nuestras almas”, lamentó el Papa.
El Pontífice aseguró que confía en que la pandemia pueda ser superada y que “el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social”. También defendió que esta recuperación puede ser más fácil si lo hacemos de forma solidaria, “para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios”.
El Papa Francisco animó a través de esta carta a mantener encendida la llama de la esperanza “que nos ha sido dada”, algo a lo que el próximo Jubileo puede “ayudar mucho” para restablecer “un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”.
“Por esa razón elegí el lema Peregrinos de la Esperanza. Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna”, señaló el Papa.
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