Dentro de pocos días dará comienzo la Cuaresma, el tiempo litúrgico de penitencia y conversión en la que los fieles se preparan para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y con ese motivo la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) presentó su mensaje del 2022.
Ante la llegada de esta fecha, marcada todavía por la pandemia del coronavirus, la Conferencia Episcopal Italiana invitó a los fieles en su mensaje “a una triple conversión”.
Conversión a la escucha
En lo que llaman la “primera fase del Camino Sinodal”, los obispos de Italia invitaron a “escuchar en profundidad a todas las voces” de aquellas personas golpeadas por la crisis que ha provocado el coronavirus.
“Sentimos la necesidad de aprender a escuchar con empatía, con un reto personal cada vez que un hermano o hermana se abre a nosotros. En la Biblia es Dios quien en primer lugar escucha el clamor de su pueblo que sufre y se mueve con compasión para su salvación (cf. Ex 3,7-9)”.
A continuación, explicaron que “la escucha transforma en primer lugar al oyente, evitando el riesgo de arrogancia y autorreferencia. Una Iglesia que escucha es una Iglesia que también es sensible al soplo del Espíritu”.
“Escuchar la Palabra de Dios y escuchar a nuestros hermanos van de la mano. La escucha de los más pequeños es particularmente preciosa en la Iglesia, porque recuerda el estilo de Jesús, que escuchaba a los pequeños, los enfermos, las mujeres, los pecadores, los pobres y los excluidos”, explicaron.
Asimismo, subrayaron que esta conversión “implica una actitud de apertura a la voz de Dios, que nos llega a través de las Escrituras, los hermanos y los acontecimientos de la vida”.
Conversión a la realidad
En cuanto a este segundo punto, los obispos destacaron la importancia “de la obediencia al presente”. Defendieron así la necesidad de evitar la tentación de mirar a un pasado idealizado o “de esperar el futuro desde el alféizar de la ventana” y destacaron que la actitud del cristiano es la perseverancia “que soporta el paso de la historia”.
En cuanto a la situación provocada por el coronavirus, aseguraron que “la fe nos es una varita mágica”, e invitaron a cultivar la paciencia cristiana, “que evita los atajos simplistas y nos permite mantenernos firmes en nuestro compromiso por el bien de todos”.
“Como comunidad cristiana, así como los creyentes individuales, debemos vivir el tiempo presente con paciencia y permaneciendo fieles a la realidad. Por lo tanto, sentimos la urgente tarea eclesial de educar en la verdad, ayudando a salvar la brecha entre la realidad y las falsas percepciones de la realidad”.
Asimismo, aseguraron que “esta brecha esconde la semilla de la ignorancia, el miedo y la intolerancia. Pero esta es la realidad que se nos da y que estamos llamados a amar con perseverancia”, señalaron los obispos desde la Conferencia episcopal Italiana.
Conversión a la espiritualidad
En cuanto a este último punto, los obispos aseguraron que “el Camino Sinodal está haciendo madurar en las Iglesias de Italia una nueva forma de escuchar la realidad para juzgarla de manera espiritual y producir opiniones más evangélicas”.
“De hecho, el Espíritu no nos aleja de la historia: mientras nos arraiga en el presente, nos empuja a cambiarlo para mejor. Para ser fieles a la realidad y, al mismo tiempo, convertirnos en constructores de un futuro mejor, necesitamos una profunda interiorización del estilo de Jesús, de su mirada espiritual, de su capacidad de ver en todas partes oportunidades para mostrar cuán grande es el amor del Padre”, señalaron.
Los obispos italianos también aseguraron que este tiempo que estamos viviendo no se trata solamente de un momento marcado por las restricciones de la pandemia, sino que es “un tiempo del Espíritu, un tiempo de plenitud, porque contiene oportunidades de amor creativo que no se han presentado todavía en ninguna otra época histórica”.
“Tal vez no seamos lo suficientemente libres como para reconocer estas oportunidades de amor, porque estamos frenados por el miedo o condicionados por expectativas poco realistas. Mientras que el Espíritu, por otro lado, sigue trabajando como siempre. ¿Qué acción del Espíritu es posible reconocer en nuestro tiempo? Más allá de los meros hechos de nuestro presente, ¿qué lectura espiritual podemos hacer de nuestro tiempo, para progresar espiritualmente como individuos y como comunidad creyente?”, concluyeron los obispos.
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