El Papa Francisco advirtió este 31 de enero la importancia de dar “un buen uso” al dinero para no idolatrarlo ni permanecer esclavos de los bienes materiales.
“La Biblia no demoniza el dinero, sino que nos invita a hacer un buen uso de él, a no ser esclavos de él, a no idolatrarlo. Y no es fácil utilizar bien el dinero, no es fácil”, dijo el Papa.
Al recibir en el Vaticano este lunes a un grupo de personas que trabajan en la oficina que recauda impuestos en Italia, el Santo Padre recordó que en la Biblia existen diferentes referencias al pago de impuestos y destacó el ejemplo de Zaqueo y San Mateo en el Evangelio.
Por un lado, el Papa señaló que el Evangelio de San Lucas (Lc 19,1-10) describe el escándalo que produjo la conversión de Zaqueo cuando encontró en Jericó a Jesucristo y agregó que este episodio describe “la conversión de un hombre que no solo reconoce su propio pecado de haber defraudado a los pobres, sino que, sobre todo, comprende que la lógica de acumular para sí mismo le ha aislado de los demás. Por eso devuelve y comparte. El amor gratuito de Jesús te tocó el corazón cuando Cristo quiso ir directamente a su casa”.
Además, el Papa recordó la vocación de San Mateo (Mt 9,9-13) que fue representada en un famoso cuadro del pintor italiano Caravaggio que “inmortala el momento en el cual Jesús extiende la mano hacia él y lo llama”.
“A partir de ese momento, la vida de Mateo ya no es la misma: está iluminada y calentada por la presencia de Cristo. Y a veces, cuando rezamos al Señor para tomar una decisión, le pedimos la gracia de iluminarnos -y esto hay que hacerlo siempre-, pero no siempre le pedimos la otra gracia: que nos caliente el corazón”.
En esta línea, el Santo Padre subrayó que “una buena decisión necesita ambas cosas: una mente clara y un corazón cálido, calentado por el amor”.
“Tal vez Mateo habrá seguido usando y administrando sus propios bienes, y tal vez los de los demás, pero ciertamente con una lógica diferente: la del servicio a los necesitados y la de compartir con sus hermanos, como le enseñó el Maestro”, afirmó.
Asimismo, el Papa abordó el tema del diezmo que para los levitas “sirvió para hacer madurar en la conciencia del pueblo dos verdades: la de no ser autosuficientes, porque la salvación viene de Dios; la de ser responsables unos de otros, empezando por los más necesitados”.
Luego, el Santo Padre resaltó en su discurso la importancia de los principios de la legalidad, imparcialidad y transparencia que son una valiosa brújula.
Sobre la legalidad, el Papa indicó que es fundamental porque “la legalidad protege a todos” y explicó que “los impuestos son un signo de legalidad y justicia” porque “deben favorecer la redistribución de la riqueza, protegiendo la dignidad de los pobres y de los últimos, que siempre corren el riesgo de ser aplastados por los poderosos” ya que “cuando los impuestos son justos, son para el bien común”.
Por último, el Papa lamentó “los casos de evasión fiscal, pagos en negro e ilegalidad generalizada” y resaltó que también existe “la honestidad de muchas personas que no eluden su deber, que pagan sus cuotas y contribuyen así al bien común. A la lacra de la evasión se responde con la simple rectitud de muchos contribuyentes, y esto es un modelo de justicia social”.
“Que San Mateo los cuide y apoye su compromiso con el camino de la legalidad, la imparcialidad y la transparencia. No es fácil, pero enséñenos esto: trabajen para que todos lo entendamos. Esto es importante”, concluyó el Papa quien aseguró que rezará por ellos.
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