El Papa Emérito Benedicto XVI precisó que sí estuvo presente en una reunión en Alemania en enero de 1980, cuando era Arzobispo de Múnich y Freising; pero se ratificó en el hecho de que en ella no se le asignó ninguna misión pastoral a un sacerdote acusado de abusos sexuales.
Esta precisión la hizo el secretario personal del Papa Emérito, Mons. Georg Gänswein, en una declaración que ha sido publicada por el semanario católico alemán Die Tagespost el 24 de enero.
En la declaración se indica que Benedicto XVI, de 94 años, indicó inicialmente a los investigadores que prepararon un reporte sobre abusos sexuales en la Arquidiócesis de Múnich y Freising, que no estuvo en una reunión el 15 de enero de 1980, hace 42 años, en la que se habló del traslado de un sacerdote acusado de abusos en la Diócesis de Essen, para que recibiera terapia.
“Sin embargo, sí es objetivamente correcta y está documentada en los archivos, la declaración de que no se tomó ninguna decisión en la reunión sobre una misión pastoral del sacerdote en cuestión”, resalta la declaración.
“En vez de eso solo se vio el pedido de darle (al sacerdote) alojamiento durante el tiempo en que iba a recibir tratamiento terapéutico en Múnich”.
En cuanto a la imprecisión sobre su presencia en la reunión del 15 de enero de 1980, la declaración de Mons. Gänswein señala que Benedicto XVI “quiere enfatizar que no fue de mala fe sino el resultado de un error de edición de su declaración” de 82 páginas.
“Él explicará cómo se dio en una próxima declaración. Él lamenta mucho este error y pide que se le excuse”, agrega.
El reporte sobre abusos en Múnich y Freising, publicado el 20 de enero, tiene 1.000 páginas e involucra a Benedicto XVI que fue Arzobispo allí entre 1977 y 1982.
Benedicto XVI, que enfáticamente niega cualquier acusación de encubrimiento de abusos, envió un documento de 82 páginas con sus observaciones a quienes realizaron el reporte, la firma legal Westpfahl Spilker Wastl.
Uno de los casos es el del sacerdote Peter Hullermann, acusado de abusar de al menos 23 menores entre 8 y 16 años entre 1973 y 1996.
A Hullerman se le permitió trabajar sin restricciones en una parroquia de Múnich. En 2010, el entonces vicario general, Mons. Gerhard Gruber asumió “toda la responsabilidad” por esa decisión.
El caso resurgió nuevamente a principios de este mes, más de 10 años después de que el Vaticano negara firmemente las acusaciones.
Luego de dejar la Arquidiócesis de Múnich en 1982, el entonces Cardenal Ratzinger sirvió como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, antes de ser elegido Papa en 2005. Renunció al pontificado en 2013 y desde entonces vive en un monasterio en el Vaticano.
El reporte de abusos en Múnich también cubre el periodo en el que sirvieron el Cardenal Friedrich Wetter, que sucedió a Benedicto; y el periodo del actual Arzobispo, Cardinal Reinhard Marx, quien lidera la Arquidiócesis desde 2007.
Los investigadores señalan que Wetter no manejó bien 21 casos y Marx otros dos.
El Cardenal Marx, miembro del consejo de cardenales que asesora al Papa Francisco en la reforma de la Curia del Vaticano, dijo estar “sorprendido y avergonzado” por los resultados del reporte, sobre el que se ha anunciado una conferencia de prensa para el 27 de enero para comentar sus conclusiones, luego de leerlo y examinarlo.
La declaración del 24 de enero de Mons. Gänswein indica que Benedicto XVI sigue “leyendo atentamente las declaraciones hechas aquí, que lo llenan de vergüenza y dolor por el sufrimiento infligido a las víctimas”.
“Aunque intenta leer el reporte rápidamente, él pide su comprensión porque le tomará algo de tiempo leerlo completamente, debido a su edad y salud, pero también a su extensión. Habrá una declaración sobre el reporte”, concluye el Arzobispo.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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