La ciudad de Talavera de la Reina, Toledo (España) se consagrará al Sagrado Corazón de Jesús el próximo 12 de junio. Mons. Francisco Cerro Chavez, Arzobispo de Toledo presidirá esta celebración.
Uno de los sacerdotes que forma parte de la comisión preparatoria de este importante evento diocesano es el P. Santiago Arellano, párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Talavera de la Reina, en donde se colocará un monumento al Sagrado Corazón con motivo de la consagración de la ciudad.
El P. Arellano explica a la web de la Archidiócesis de Toledo que la iniciativa de la consagración de Talavera de la Reina al Sagrado Corazón de Jesús nació en la preparación de la consagración de España que tuvo lugar hace dos años en el Cerro de los Ángeles, Madrid.
Y que la idea de hacer un monumento al Sagrado Corazón se inició cuando algunos fieles comentaron la posibilidad de embellecer el campanario de la parroquia.
“Pensé que era el modo de unir varios fines: el deseo de consagrar Talavera de la Reina al Sagrado Corazón de Jesús, embellecer el campanario y además hacernos merecedores de la promesa de Jesús ‘bendeciré los lugares donde la imagen de mi corazón sea expuesta y honrada’”.
La imagen del monumento del Sagrado Corazón está siendo realizada por el escultor Rodrigo Espada, quien ya hizo también un monumento similar para la diócesis de Pamplona (España).
La escultura medirá 4 metros y medio, estará situada sobre el campanario que a su vez será revestido de cerámica de Talavera de la Reina, que es considerada por la UNESCO, Bien de Patrimonio Cultural.
El P. Arellano precisa que “esta cerámica tendrá motivos relacionados con el Corazón de Jesús, los evangelios, los santos que han difundido su culto". En total el monumento medirá 17 metros.
El sacerdote también aseguró a la web de la Archidiócesis de Toledo que “esta consagración nos va a traer alegría, generosidad y esperanza. Tenemos que volver a mirar a lo alto”, “hemos de volver a mirar a la cruz y al Corazón de Cristo para quedar sanados. Pido a la Virgen María que adelante la hora, y podamos vivir “un nuevo Pentecostés y la primavera de la Iglesia” de la que hablan los Papas. O como decía San Juan Pablo II: ‘La civilización del Amor, el reinado del Corazón de Cristo’”.
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