Ante la crisis social y política en Perú, que ha cobrado dos muertos en medio de protestas, el Arzobispo Metropolitano de Piura, Mons. José Antonio Eguren hizo un llamado a la paz y propuso elevarle oraciones a Dios pues “la unidad, el bienestar y la paz del Perú bien valen un Rosario”.
Al presidir la Santa Misa este 15 de noviembre en la capilla arzobispal de Piura, Mons. Eguren dijo que “nuestra Patria atraviesa por momentos muy difíciles, probablemente los más dramáticos en nuestros casi 200 años de vida republicana. A una crisis sanitaria sin precedentes se suma una profunda crisis moral, política y económica”.
“Como país debemos apostar por el respeto de las instituciones, la gobernabilidad y la consolidación de la democracia, pilares sin los cuales la construcción de la sociedad se debilita y se destruye”, dijo.
El 9 de noviembre de este año, el Congreso de la República del Perú vacó, con 105 votos a favor, 19 en contra y 4 abstenciones, al hasta entonces presidente Martín Vizcarra alegando “incapacidad moral”, tras la difusión pública de diversas acusaciones de corrupción que serían investigadas por la Fiscalía.
El mínimo de votos que se requería para lograr la vacancia de Vizcarra era de 87.
De acuerdo al artículo 113 de la Constitución Política del Perú, el Congreso puede vacar al Presidente, entre otras razones, por “su permanente incapacidad moral o física”.
Tras la vacancia de Vizcarra y a falta de vicepresidentes asumió el gobierno el hasta entonces presidente del Congreso, Manuel Merino.
Mientras que diversos políticos favorables a Vizcarra alegaron que la vacancia fue inconstitucional, el reconocido abogado constitucionalista Natale Amprimo Pla subrayó que “la figura de la vacancia es absolutamente legítima”.
Sin embargo, el descontento social por la vacancia de Vizcarra motivó diversas marchas en todo el país exigiendo la renuncia de Merino. La noche del 14 de noviembre se registró la muerte de dos personas en medio del enfrentamiento entre manifestantes y la Policía Nacional.
El Prelado subrayó que “todos estamos llamados a trabajar por la unidad y la paz de nuestra Patria, evitando toda forma de violencia. ¡La violencia nunca es un mecanismo de cambio dentro de un sistema democrático!”.
“Con la ayuda del Señor, venceremos el mal de la pandemia del Covid-19, y las otras ‘pandemias’ que nos afligen: La moral, manifestada sobre todo en el mal de la corrupción, verdadero cáncer de la democracia; y la económica, que ha sumido en la pobreza y el desempleo a millones de hermanos nuestros, y que demanda de todos nosotros en estos momentos una gran fantasía de la caridad, así como desplegar todas nuestras mejores energías para construir una real solidaridad que es el mejor camino para forjar un Perú más justo y reconciliado”.
El arzobispo peruano pidió a los fieles “que esta semana recemos intensamente por el Perú. Lo podemos hacer de muchas maneras, pero sobre todo con el rezo del Santo Rosario, esa arma espiritual, riqueza de los pobres, que es tan sencilla pero a la vez tan poderosa, fuente de tantas gracias y bendiciones como la ha demostrado a lo largo de la historia”.
“Pidamos especialmente para que el Señor de la Historia ilumine en estos momentos a nuestros gobernantes, y a todos los peruanos nos conceda tranquilidad de ánimo y la más firme voluntad de mantenernos unidos por la esperanza”, dijo.
Además, Mons. José Antonio Eguren propuso la siguiente “Oración por el Perú”:
¡Jesucristo, Señor de la Historia, te necesitamos y por eso a ti acudimos!
Nos sentimos agobiados por la crisis que nos aflige.
Necesitamos de tu consuelo y fortaleza.
Cercano el Bicentenario de nuestra Independencia
queremos ser una Nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Queremos ser una Nación que viva sin violencia, siempre anticristiana.
Queremos ser una Nación donde reinen la fraternidad, la justicia, la paz,
la honestidad y la solidaridad.
Señor Jesús: Danos la valentía para amar sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres, a los vulnerables y a los enfermos,
perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Vivifica nuestras buenas intenciones,
ayúdanos a dar más de nosotros por el Perú.
¡Haz crecer en nuestras vidas la virtud de la esperanza!
Señor Jesús: Bendice a nuestros enfermos,
a las personas que se dedican a ellos con amor y coraje,
a las familias con niños, jóvenes y ancianos,
a la Iglesia y a todo el Perú.
Y a ti María, Madre de Dios y nuestra,
llenos de confianza filial te decimos:
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡Oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!
Amén.
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