La Diócesis de Alcalá de Henares, Madrid (España) inicia el Año Jubilar Mariano con motivo del 450 aniversario de la victoria de la Batalla de Lepanto, atribuida a la intercesión de la Virgen María.
Las celebraciones de este Año Jubilar tendrán lugar el fin de semana y comenzarán el sábado 28 de noviembre a las 11:00 a.m con la apertura de la Puerta santa de la catedral de Alcalá de Henares, por parte del Mons. Juan Antonio Reig Pla.
El domingo 29 a las 06:00 p.m se celebrará la misa de inauguración del Año Jubilar Mariano en el convento de Nuestra Señora de Lepanto, en la localidad de Villarejo de Salvanés, también presidida por el Obispo de la diócesis.
El decreto de la penitenciaría apostólica recuerda que “hoy nuestro combate para la nueva evangelización tiene características muy diferentes. Pero del mismo modo que en aquella ocasión se invocó a María para salir vencedores en la batalla, nosotros queremos promover en toda la diócesis, y para cuantos nos visiten, un gran movimiento orante sirviéndonos del rezo del Santo Rosario”.
“Esta es la mejor estrategia para ganar el corazón de quienes, con humildad, invoquen a María para alcanzar la salvación que sólo su Hijo Jesucristo, nos puede lograr”.
El Año Jubilar comenzará el 28 de noviembre de 2020 y terminará el 20 de noviembre de 2021.
Mons. Juan Antonio Reig Pla envió un mensaje en el que recordó la importancia de la Batalla de Lepanto en el año 1571 cuando “toda la cristiandad respiró con alivio ante la victoria de esta batalla, que San Pío V, Papa, atribuyó siempre a la intercesión de la Santísima Virgen del Rosario”.
“En Villarejo de Salvanés, un pueblo de la Diócesis de Alcalá de Henares se guarda como memoria un convento que Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla y vicealmirante en la batalla de Lepanto, edificó para dar gracias a Dios y a la Virgen por este acontecimiento”.
Luis de Requesens pidió al Papa San Pío V que en este convento hubiera una imagen de Nuestra Señora, que llamó Virgen de la Victoria de Lepanto y que, según la tradición, el mismo Papa hizo llegar al convento.
“Es uno de los tesoros de nuestra diócesis y por eso hemos pedio a Penitenciaría Apostólica la celebración de un Año Jubilar Mariano, que es una ocasión de volver el corazón a Dios, para acercarnos de manos de la Santísima Virgen María para ésta batalla que tenemos que vivir cada uno de nosotros en el combate de la fe y de nuestro pueblo”, apunto Mons. Reig Pla.
Además precisó que aunque “hoy las circunstancias han variado, el combate continúa y por eso tenemos q usar las mismas armas de Dios”.
Por eso animó a que este Año Jubilar sirva para “promover el rezo del Santo Rosario como hizo entonces toda la cristiandad. Rezar en familia, diariamente en las parroquias, personalmente, en todas las realidades de comunidades de vida eclesial de la diócesis, e invitando a todos para lucrarse con la indulgencia plenaria”, apuntó.
Además precisó que ese jubileo “será una ocasión esplendida para España, porque como estamos viviendo momentos difíciles para la fe y en comunión, todos unidos con la Virgen María, rezando el Rosario para poder construir la civilización del amor, y que el Señor sea glorificado como Señor de las almas y que podamos vivir como hermanos”.
También apuntó que será una oportunidad para peregrinar a Villarejo de Salvanés, a la catedral de Alcalá y a las parroquias de la diócesis en donde se podrá conseguir la indulgencia plenaria y para que “viviendo la comunión, volviendo el corazón a María, sigamos a Jesucristo y nos lleve a la gloria del Cielo, que hemos de lograr con la gracia de Dios”.
Virgen de la Batalla de Lepanto
La batalla de Lepanto fue un combate naval que tuvo lugar en 1571 cerca de la ciudad de Lepanto (Grecia) en donde se enfrentaron la armada del Imperio otomano contra una armada de coalición católica, llamada Liga Santa, formada por el Imperio español, los estados pontificios, la república de Venecia, la orden de malta, la republica de Génova y el ducado de Saboya.
El Papa San Pío V encargó a Juan de Austria que dirigiera la Armada española y junto a él Luis de Requesens, Comendador Mayor de Castilla de la Orden de Santiago, como Vicealmirante y hombre de confianza.
La Liga Santa venció a los otomanos y de esta manera se frenó el expansionismo turco en el Mediterráneo.
Concluida la batalla de Lepanto era tanta la gratitud a la Santísima Virgen María, que él llevaba en la proa de su propio barco, que suplicó al Papa San Pío V la concesión de erigir un convento en Villarejo de Salvanés y entronizar allí una imagen de la Virgen que, según la tradición le regaló el mismo Papa. El convento se confió a los franciscanos y la imagen de la Virgen llevó el nombre de Nuestra Señora la Virgen de la Victoria de Lepanto.
Desde entonces fue creciendo en Villarejo de Salvanés, y en otros pueblos de la diócesis de Alcalá de Henares, la devoción a la Virgen de la Victoria y se propagó el rezo del Santo Rosario y las Cofradías que tenían como objetivo su difusión.
Miguel de Cervantes, nacido en Alcalá de Henares, participó en la batalla de Lepanto y aseguró que fue “la más alta ocasión que vieron los siglos”.
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