La crisis provocada por la pandemia de coronavirus ha hecho que las situaciones de necesidad se incrementen de manera considerable; como ejemplo está el anuncio hecho por Cáritas España de que en estos tres meses aumentó en un 57% el número de personas atendidas a través de los programas de acogida y asistencia.
Además, el 26% de quienes acudieron a Cáritas para solicitar ayuda, lo hacían por primera vez.
Para dar respuesta a este aumento de peticiones, Cáritas España multiplicó por 2,7 los fondos económicos destinados a las necesidades básicas, como alimentación o vivienda.
En concreto, durante todo el año 2019, la entidad caritativa de la Iglesia acompañó a 2,4 millones de personas; de ellos 1,4 millones en España y 998.237 a través de proyectos de cooperación internacional, y destinaron 337 millones de euros para todo ello.
En relación con las personas sin hogar, en los últimos tres meses se crearon 1.300 plazas nuevas en albergues. Durante todo el año 2019, Cáritas gestionó cinco mil plazas para personas sin hogar y acompañó a unas 38 mil.
De hecho, el mayor número de personas atendidas por Cáritas fue en programas de acogida y asistencia (72,7%) seguido de empleo y economía social (7%).
La secretaria general de Cáritas España, Natalia Peiró, destacó especialmente la labor de los cerca de 81 mil voluntarios que “han hecho posible en los últimos meses las acciones de Cáritas para contener los efectos sociales del coronavirus” y aseguró que finalizado el Estado de alarma es “un reto mantener este espíritu solidario y el compromiso gratuito que hacen de Cáritas una organización voluntaria”.
En la rueda de prensa también se presentó el Informe 2020 de FOESSA en donde se alerta de que la pandemia ha anulado en sólo dos meses el efecto de la recuperación y se ha vuelto a las cifras del peor momento de la última crisis del año 2008.
Guillermo Fernández, técnico del Equipo de Estudios de Cáritas Española aseguró que el COVID-19 “ha paralizado el lento proceso de recuperación que venía iniciándose desde mediados de la década y ha trastocado todas las previsiones y cambiado los planes de desarrollo de todos los sectores socioeconómicos”.
Entre las conclusiones se señala que actualmente “tres de cada 10 personas en la exclusión grave carecen de cualquier tipo de ingreso”, “tras el primer impacto del coronavirus, la mitad de los hogares en situación de grave precariedad no pueden hacer frente a los pagos de hipoteca o alquiler de la vivienda y no disponen de dinero suficiente para pagar gastos de suministros”.
También el 60% de los hogares en exclusión grave ha visto cómo empeoraba su estado psico-emocional durante el confinamiento, mientras que el 26% considera que ha empeorado su estado físico.
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