El Patriarcado Latino de Jerusalén informó que ya fue entregada la ayuda sanitaria que el Papa Francisco envió al Ministerio de Salud de Gaza.
Se trataron de 2.500 pruebas para diagnosticar el coronavirus COVID-19 que fueron enviados gracias a la ayuda coordinada por la Delegación Apostólica, el Patriarcado Latino de Jerusalén y Cáritas Jerusalén.
En esta línea, Vatican News entrevistó al sacerdote católico de rito latino, P. Gabriel Romanelli, quien actualmente es párroco de la iglesia Sagrada Familia en Gaza y ha sido misionero por más de 20 años en Medio Oriente.
“Los kits enviados por el Papa nos ayudarán a hacer diagnósticos más precisos y en cuanto los recibimos los llevamos al laboratorio del Ministerio de Salud”, dijo el sacerdote quien informó que en toda la franja de Gaza “solo hay una máquina que puede hacer el análisis”.
En esta línea, el P. Romanelli señaló que todos los casos que han tenido “se refieren a personas que vinieron de fuera y que fueron puestas inmediatamente en cuarentena”.
Sin embargo, el presbítero advirtió que “el cierre de Gaza pesa más que nunca en este momento”, pero reconoció también que “las pocas entradas también han permitido contener el contagio por la propagación de la pandemia”.
El sacerdote encargado de la única parroquia católica en Gaza dijo que “hay una emergencia” ocasionada por el COVID-19, pero que “también está vinculada a muchas otras situaciones”, como el bloqueo de fronteras con Israel o Egipto, con el cierre de muchos negocios, tal es el caso de los restaurantes.
“Mucha gente ha perdido sus trabajos, que se quedan sin sueldos. Los maestros de nuestras escuelas no han sido despedidos pero el Patriarcado ha tenido dificultades para pagar los salarios”, reconoció el sacerdote.
En este sentido, el Patriarcado latino informó que Cáritas Jerusalén y el Ministerio de Salud de Gaza “han preparado un plan de emergencia que prevé, entre otras cosas, la prestación de servicios médicos en el Centro de Cáritas y la activación de tres equipos médicos móviles para prestar un servicio domiciliario las 24 horas del día para el tratamiento de los pacientes que no son afectados por el COVID-19”.
Esta donación “forma parte de las iniciativas promovidas por el Fondo de Emergencia, querido por el Papa Francisco, para ayudar a los países más afectados por la propagación del COVID-19. Entre ellos, Siria recibió 10 ventiladores, otros tres fueron donados al Hospital de San José en Jerusalén, mientras que los equipos para analizar las pruebas de coronavirus fueron enviados al Hospital de la Sagrada Familia en Belén”, indicó Vatican News.
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