El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, indica que “el afán de dinero, acariciar la cuenta corriente, instalarnos en una situación nos aleja de Dios, nos embota el alma; y nos aleja de los pobres y necesitados”.
Mons. Fernández reflexiona sobre la sentencia evangélica “no podéis servir a Dios y al dinero”, y afirma que si bien “el evangelio de Jesucristo no es enemigo del dinero”, nos advierte que “es un peligro”.
“El dinero nos hace tilín a todos y, si nos dejamos llevar, la avaricia se apodera de nosotros, pudiendo dar al traste con otros grandes valores de nuestra vida”, incide.
Al tiempo, recuerda que “el evangelio nos invita constantemente a la pobreza voluntaria mirando a Cristo”. Una pobreza que, lejos de esclavizar o degradar al ser humano, “asumida con amor nos hace libres, nos va despojando más y más, nos va haciendo parecidos a Jesucristo”.
Ejemplo de ello han sido los santos, prosigue el Prelado, que “cuando han descubierto la riqueza del amor de Dios, todo lo demás palidece para ellos e incluso estorba para identificarse más con Jesucristo”.
Así sucedió con Santa Teresa de Calcuta quien también necesitaba de los bienes terrenales para atender a los pobres “pero nunca aceptó el dinero de las administraciones públicas para no enturbiar su caridad”, recuerda el Obispo.
También destaca el testimonio de San Francisco de Asís “que se desposó con la hermana pobreza y ha supuesto para la humanidad una estela de luz y de vida que pervive por los siglos”.
“La pobreza voluntaria, la que libera de todo lastre, nos acerca a los más pobres y nos acerca a Dios”, concluye el Obispo de Córdoba.
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