El Papa Francisco viajará del 13 al 15 de septiembre a Kazajistán, un país de mayoría musulmana que solo tiene un santuario mariano, y cuya primera imagen de la Virgen y el Niño con rasgos nativos kazajos recibirá la bendición papal.
Kazajistán es un país de Asia Central donde más del 70% de la población es musulmana. Su único santuario mariano se llama María Reina de la Paz y está en la ciudad de Ozernoe, a unos 400 kilómetros al noroeste de Nur-Sultan.
La estepa kazaja es una pradera semidesértica sin árboles que cubre la parte norte del país, al sur de los montes Urales.
Mons. Tomasz Peta, el Arzobispo de María Santísima en Astana (Kazajistán), encargó hacer la pintura al famoso artista local Dosbol Kasymov. Posiblemente, es la primera representación de la Virgen María y el Niño Jesús con rasgos nativos kazajos.
Se espera que el Papa Francisco la bendiga durante su visita a Nur-Sultan, donde se realizará el II Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales.
Luego de recibir la bendición papal, la pintura en forma de tríptico titulada “La Madre de la Gran Estepa” se exhibirá en una nueva capilla del Santuario de María Reina de la Paz para su veneración, dijo Mons. Peta a EWTN News el mes pasado.
Los símbolos de la pintura “La Madre de la Gran Estepa”
La etnia de los kazajos es predominantemente musulmana sunita, la religión más practicada en Kazajistán. La segunda religión más practicada del país, según un censo de 2009, es el cristianismo ortodoxo ruso, con más del 20% de seguidores.
Según estadísticas de 2008, en Kazajistán hay cerca de 250 mil católicos de rito latino, y además, es el hogar de muchos inmigrantes.
El 5 de agosto, mientras la pintura aún estaba en proceso, el artista dijo a EWTN News desde Almaty (Kazajstán) que como no es cristiano, ni siquiera particularmente religioso, le fue difícil aceptar el encargo de Mons. Peta.
“Cuando llegó la oferta para hacer este trabajo, por supuesto que tenía mis dudas”, señaló. “Pero, luego hablé con mis familiares, hermanos, amigos y me dijeron: ‘Por supuesto que deberías hacerlo, es nuestra cultura común’”.
Kasymov dijo que al crear la pintura se inspiró en el amor y la reverencia de su cultura por las madres. La madre es “una imagen común” que une a la humanidad, dijo. “Todos nacemos, todos venimos a este mundo gracias a nuestras madres”, agregó.
La pintura muestra a la Virgen María como una mujer kazaja vestida con ropa tradicional. En sus brazos sostiene al Niño Jesús, sostenido con la túnica de un hombre adulto, signo de su futura muerte, y la túnica romana que llevará en su camino a la cruz.
“Los adornos kazajos, como todos los adornos del mundo, tienen sus propios símbolos. El nimbo está hecho en forma de estrella. En un lado hay una flor, en el otro lado hay una estrella y en el otro lado hay una parte de la alfombra kazaja ‘Tuskeiz’”, explicó.
Kasymov dijo que el halo del Niño Jesús tiene la forma de un “shanyrak”, que es el emblema de Kazajistán y además un símbolo cultural común, que está basado en la forma de una cruz.
Dijo que la Virgen está mirando hacia otro lado, porque “los kazajos no consideran del todo correcto o cortés que una mujer mire directamente a la cara de su interlocutor”.
“Decimos en kazajo, ‘Tygylyp Karama’, no mires al frente”, dijo. “Una mujer no debe mirar directamente al espectador, mira un poco a lo lejos. Es un rasgo de modestia y parte de la etiqueta”, agregó.
Precisó que la mirada de la Virgen María también puede interpretarse en el sentido de que está pensando en el futuro, que “intuye lo que le va a pasar a su hijo”.
Además, dijo que el Niño Jesús mira para el lado opuesto a su madre, porque “tiene una mezcla de sentimientos”.
“Es como si, por un lado, él no quisiera separarse de su madre, pero por otro lado… en algún lugar de sus profundidades, en su joven subconsciente, también hay un entendimiento de que tiene un camino, como cada uno de nosotros tenemos nuestro propio camino”, indicó.
El pintor aseguró que también quiere destacar a su país en medio de las muchas representaciones europeas de la Virgen María.
“Quiero alabar nuestra belleza también, y quiero que la belleza de nuestras mujeres, la belleza de nuestras madres, sea comprensible”, señaló.
Se espera que la pintura incluya en cada lado un panel que represente a un ángel kazajo tocando instrumentos musicales tradicionales.
Finalmente, dijo que desea que su trabajo sea recibido por la gente de Kazajstán “con amor, con calidez, porque, sobre todo, es la imagen de la madre”.
“Aquí está mi opinión personal: creo que los kazajos son muy tolerantes, aceptan fácilmente cualquier cultura”, dijo.
Mons. Peta señaló que la capilla del santuario donde estará la nueva pintura será construida en forma de “yurta”, la carpa redonda tradicional que usan los grupos nómadas en Asia Central.
Además, dijo que el santuario tendrá un nuevo centro dedicado a San Juan Pablo II que acogerá a los peregrinos.
La nueva capilla “es para todas las personas, independientemente de su fe y nacionalidad; esta yurta será un lugar de encuentro con María y, a través de María, con Jesús”, concluyó.
Alexey Gotovsky contribuyó a este artículo.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
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