Cientos de mujeres profesionales presentaron un informe explicando por qué el aborto perjudica a las mujeres, como respuesta a un reciente documento presentado ante la Corte Suprema de Estados Unidos, donde más de 500 atletas afirman que las mujeres necesitarían esta práctica anti-vida para tener éxito.
Las profesoras de derecho Teresa Collett y Helen Alvaré junto a la jurista Erika Bachiochi presentaron un amicus breve, en representación de 240 mujeres profesionales y académicas y diversas organizaciones provida, que se pronunciaron en el caso Dobbs v. Women’s Health Organization.
El 1 de diciembre de este año, la Corte Suprema escuchará el caso Dobbs v. Women’s Health Organization, que podría revertir el fallo del caso Roe v. Wade, que legalizó el aborto en todo el país en 1973.
En el texto a favor del aborto presentado por las atletas, la tres veces medallista olímpica de natación Crissy Perham comparte su historia sobre cómo al inicio de su vida universitaria, se sometió a un aborto antes de participar en una importante carrera.
“Tenía una beca de estudios y estaba empezando a tener éxito en mi deporte y no quería tomarme un año libre”, dijo. “No estaba preparada para ser madre y, al tener un aborto, sentí que tenía una segunda oportunidad en la vida […] Esa elección finalmente me llevó a ser una atleta olímpica, una graduada universitaria y una madre orgullosa hoy”, agregó.
En el documento de respuesta, las tres expertas en leyes presentan evidencias basadas en investigaciones y datos que contradicen la afirmación de que las mujeres necesitan el aborto para tener éxito y lograr la equidad con los hombres.
Además, refutan que el aborto sea una práctica responsable y fundamental para el progreso de las mujeres en la sociedad.
A continuación, presentamos tres de los argumentos:
1. Las mujeres progresaban antes de la legalización del aborto
Las expertas en leyes sostienen que el progreso y el avance de las mujeres inició mucho antes de que Roe v. Wade existiera, y no gracias a este fallo. Como prueba ponen de ejemplo a Jeannette Rankin, la primera mujer que fue elegida para ser miembro del Congreso.
Rankin, del Partido Republicano de Montana, fue elegida en 1916, cuatro años antes de que la Decimonovena Enmienda asegurara a las mujeres el derecho al voto. Tras la enmienda, “un número de mujeres ingresaron a cargos políticos en los niveles más altos”, que se convirtieron en senadoras, congresistas y gobernadoras, señala el informe.
Las mujeres gozaron de protección legal antes de Roe tras la Ley de Normas Laborales Justas de 1938, que estableció un salario mínimo sin importar el sexo. En 1947, con el caso Fay v. Nueva York, la Corte Suprema declaró que las mujeres están igualmente calificadas para ser jurados.
Entre otras leyes federales aprobadas antes de Roe, durante 1960 e inicios de 1970, que promovieron la equidad de las mujeres, están la Ley de Igualdad Salarial de 1963, que prohibió la discriminación salarial basada en el sexo; y la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohibió la discriminación sexual en el trabajo, educación o lugares públicos.
Otras son la Ley de Equidad de Vivienda de 1968, que prohibió la discriminación en la vivienda por sexo; la Ley de Obras Públicas y Desarrollo Económico de 1971, contra la discriminación sexual en programas o actividades financiadas por el gobierno federal, y la Ley de Igualdad en el Empleo de 1972, que exigió el acceso equitativo a los trabajos para los que tienen calificaciones similares.
Además, se citan disposiciones, estatutos y casos constitucionales estatales, que entraron en vigor casi al mismo tiempo y que protegen a las mujeres contra la discriminación.
Al comparar “la enorme variedad de estatutos y casos descritos anteriormente, y la búsqueda vigorosa de las mujeres tras las oportunidades que estas brindan”, resulta “imposible afirmar que el acceso al aborto es especialmente responsable del progreso logrado por las mujeres estadounidenses en cualquiera de esas áreas”, dijeron.
2. No existe una correlación constante entre el aborto y el éxito socioeconómico de las mujeres
Si bien las expertas reconocen que hubo progreso para las mujeres después de Roe, a medida que aumentó el número de abortos, aclararon que este inició décadas antes que Roe y “continuó cuando las tasas y las proporciones de abortos” cayeron “a un ritmo dramático”.
Entre 1990 y 2016, las tasas de aborto disminuyeron un 46% y las tasas de abortos cayeron un 52%. Pero el progreso de las mujeres no se ralentizó; sino que continuó acelerándose, escribieron.
El “porcentaje de mujeres que tienen un título universitario o más, y son parte de la fuerza laboral, aumentó del 24,5% al 41,6%”, señala. “Las mujeres también obtuvieron un porcentaje cada vez mayor de los ingresos de los hombres: 15,5%”, agrega.
El número de mujeres con un negocio propio también se disparó. Según el censo económico de la Census Bureau’s, en 1997 existían 5,4 millones de empresas cuyas dueñas eran mujeres; y según la Asociación Nacional de Mujeres Empresarias, en 2017 las mujeres eran propietarias de 11,1 millones de empresas.
La participación de las mujeres también creció en la educación superior. Su matrícula universitaria subió casi en un 4%; y a la vez, en las facultades de derecho aumentó del 47,4% en 1990 al 52% en 2016, y en las de medicina aumentó del 39,2% en 1990 al 49,8% en 2016.
Las mujeres también continuaron teniendo éxito en el gobierno, pues su representación aumentó a un 41% a nivel estatal, y en un 248% a nivel federal. En la banca federal, la participación de las mujeres aumentó en 380%. La jurista Erika Bachiochi explica cómo el aborto llegó a asociarse con el movimiento feminista en este video.
3. La evidencia muestra que el aborto pone en desventaja a las mujeres
Citando a Phillip Levine, profesor de economía de Wellesley College e investigador asociado en la Oficina Nacional de Investigación Económica, las expertas afirman que “el acceso relativamente fácil al aborto cambió a la sociedad de varias maneras que ponen en desventaja a las mujeres”.
“El fácil acceso al aborto tiende a cambiar el comportamiento sexual en favor de una mayor toma de riesgos sexuales, lo que desincentiva el uso de anticonceptivos y lleva a cada vez más relaciones sexuales no comprometidas”, algo que impacta desproporcionadamente a las mujeres, indicaron.
Explicaron que el aborto, en particular, separa “el sexo de cualquier idea de un futuro conjunto” y establece “el sexo fuera del matrimonio como el precio de una relación romántica”. Esto pese a que “las mujeres continúan reportando que no desean esta nueva ética sexual, y que muchas están teniendo menos niños de los que les gustaría tener”.
Este argumento es respaldado en un informe publicado en el New York Times, donde el economista Lyman Stone presenta un análisis de los datos de fertilidad realizado en 2018. Stone señala que “la brecha entre el número de hijos que las mujeres dicen querer tener (2,7) y el número de hijos que probablemente tendrán (1,8) se ha elevado al nivel más alto en 40 años”.
El análisis afirma que los niños son vistos solo como responsabilidad de la mujer desde que el aborto asume la idea de que los niños son la “elección” de una mujer. Al respecto, las expertas advierten que la “conexión entre el sexo y la paternidad potencial [...] se ha vuelto mucho más tenue, lo que ha resultado en la feminización de la pobreza que vemos hoy”.
La investigación de Isabel Sawhill, académica de Brookings Institution, también respalda estos hallazgos. En 1999, ella descubrió que “el crecimiento de las familias monoparentales puede explicar prácticamente todo el aumento de la pobreza infantil desde 1970”, indican.
El aborto también ofrece un remedio fácil para los complejos desafíos que las mujeres continúan enfrentando en la sociedad. “La disponibilidad generalizada del aborto y los argumentos del ‘aborto como igualdad’ confirman por qué los actores públicos y privados prefieren evitar acomodaciones costosas en entornos educativos y laborales para las mujeres con hijos”, indicaron.
Por esta razón, “no es sorprendente que las quejas de embarazo ‘desenfrenado’ y la discriminación de los cuidadores persistan” décadas después de Roe, agregaron.
Las expertas se respaldan en informes de investigación, incluida una historia del New York Times de 2019 titulada: “La discriminación por embarazo es rampante dentro de las empresas más grandes de Estados Unidos”, donde se narra las historias de varias mujeres, incluida una ex vendedora que afirmó que su jefe le dijo que “las mujeres que se encuentran en mi posición -solas y solteras- deberían considerar un aborto”.
En declaraciones a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI- Helen Alvaré dijo que el comentario evidencia que las mujeres siguen enfrentando problemas en el trabajo pese a Roe. Es una “declaración aterradora para las mujeres que quieren tener hijos y que ya son conscientes del bajo entusiasmo de los empleadores por la maternidad de sus empleadas”, concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
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