La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) lamentó el arresto de dos misioneras coreanas de la Congregación de las Hermanas de San Pablo de Chartrese, que fueron detenidas y enviadas a prisión en Nepal.
La noche del 14 de septiembre la policía local arrestó a las Hermanas Gemma Lucia Kim y Martha Park, que trabajaban en Pokhara, a unos 200 km de la capital de Nepal, Katmandú, por supuestos cargos de proselitismo y actividades de conversión.
Las religiosas estuvieron bajo custodia hasta el 27 de septiembre, cuando fueron enviadas a prisión después de que se les negara la libertad bajo fianza.
En declaraciones a ACN, el vicario apostólico de Nepal, Mons. Paul Simick, señaló que “la comunidad católica del país está conmocionada al escuchar el veredicto”, a pesar que se comentó que “las hermanas se les concedería la libertad bajo fianza”.
“La decisión fue en contra de ellas”, lamentó.
Las hermanas dirigen un centro de formación en la zona de tugurios de Pokhara y durante la pandemia de COVID-19 se encargaron de distribuir alimentos entre las personas más vulnerables.
ACN agregó que durante estas actividades un grupo de personas acusó a las religiosas de condicionar a los pobres para que se convirtieran al catolicismo a cambio de alimentos de baja calidad.
Frente a esta acusación, Mons. Simick indicó que las “acusaciones de conversiones son completamente infundadas e injustas. Este acto revela no solo la intolerancia de quienes acusaron a las hermanas, sino también el desconocimiento de las necesidades de los pobres”.
“Nosotros, como católicos, no nos entregamos a una conversión forzosa y las hermanas coreanas son conocidas por hacer exclusivamente trabajo social”, remarcó.
El vicario añadió que las religiosas se han dedicado “totalmente a los pobres durante tantos años” y pidió “una investigación en profundidad de lo sucedido”.
Mons. Simick indicó que las misioneras actualmente viven como otros reclusos, sin ningún tipo de trato especial.
“Ambas hermanas son ancianas y me preocupa su salud”, subrayó.
La Iglesia local espera que la audiencia de fianza pueda tener lugar el 28 de octubre, luego que todas fueran suspendidas durante tres semanas por las festividades hindúes.
El vicario señaló que la comunidad católica “ve este incidente como un ataque a las comunidades minoritarias y un intento de criminalizar las actividades misioneras, particularmente cristianas, como los servicios sociales, la educación y la atención médica, lo que podría interpretarse como una carnada para la conversión”.
Mons. Simick agradeció la preocupación por la situación de las religiosas y pidió oraciones por la Iglesia en Nepal y por la liberación de las religiosas.
“Expresamos nuestra comunión, nuestra solidaridad y nuestra cercanía espiritual con las hermanas, con su gran comunidad religiosa y con su familia. Las confiamos a Dios y permanecemos unidos en oración por su liberación”, concluyó.
ACN indicó que en los últimos años los cristianos en Nepal han sido víctimas de una hostilidad e intolerancia en el país. Señaló que según el Informe de Libertad Religiosa 2021, la “adopción de la nueva Constitución en 2015 y el nuevo código penal que prohíbe el proselitismo”, han provocado un “aumento de la presión legal y social sobre los cristianos”.
“Recientemente a algunos de los sacerdotes y religiosas extranjeros se les negó el visado y tuvieron que abandonar el país”, agregó.
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