Mons. Peter Shao Zhumin, Obispo de Wenzhou (China) reconocido por el Vaticano y que es víctima de persecución desde hace años al igual que su predecesor, sufrió un nuevo secuestro por parte de la policía del país asiático.
Recientemente, fuentes locales reportaron a Asia News que Mons. Shao sufrió un nuevo secuestro por parte del gobierno comunista chino, que durante los últimos dos años lo ha arrestado al menos cinco veces.
La penúltima vez fue detenido en mayo de 2017 y fue liberado siete meses después, y la última vez que lo secuestraron fue el 9 de noviembre de 2018.
El Prelado fue llevado por la policía china para hacer “turismo”, palabra que junto con la frase “periodo de vacaciones”, son expresiones que refieren a “periodos de interrogatorios y adoctrinamiento” contra sacerdotes y obispos católicos de la Iglesia clandestina, para ejercer control sobre todas las actividades religiosas.
Durante los periodos de detenciones, los obispos son presionados para someterse a la política religiosa comunista, y en concreto, son “obligados a unirse a la iglesia ‘oficial’ que controla el Partido Comunista”, explicó.
En China se exige que los obispos católicos se registren ante el Gobierno como miembros de la llamada Asociación Patriótica Católica China, la Iglesia “oficial” que controla el Partido Comunista Chino. Esta decisión implica la adhesión al proyecto de una Iglesia “independiente del Vaticano”, algo que Mons. Shao rechaza.
Tras la triste noticia, los católicos en China pidieron rezar por la pronta y segura liberación de su obispo. “Recen para que el Señor le dé confianza y coraje, para que no se desmoralice por lo ocurrido; recen también para que se mantenga sano y lúcido, bajo la guía de Cristo, para que pueda volver cuanto antes con nosotros a pastorear su rebaño; recemos todos juntos”, dijeron.
Según Asia News, Mons. Shao ha sido secuestrado sistemáticamente en fechas de celebraciones religiosas importantes para la Iglesia Católica que reúnen a muchos fieles, como son Navidad, Pascua y la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María.
Esta vez se dio a pocos días de la Fiesta de Todos los Santos y la Fiesta de los fieles difuntos, celebradas el 1 y el 2 de noviembre, respectivamente. A diferencia de los católicos, en la tradición china se celebra el “Qingming” o “memoria de los antepasados”, en abril.
Es importante destacar que la ciudad-prefectura de Wenzhou está situada en Zhejiang, provincia china donde el porcentaje de cristianos supera el 10%; y que sobre todo en el mes de noviembre, se celebran muchas Misas por los difuntos, que son acompañadas de encuentros, rezos del Santo Rosario y oraciones comunitarias, indicó Asia News.
Los fieles de Wenzhou son muy piadosos y todos los años visitan el cementerio local en noviembre, para rezar ante los restos mortales de Mons. Lin Xili, quien estuvo durante 20 años en prisión por su fidelidad al Papa, agregó.
Al respecto, Asia News denunció que Mons. Shao Zhumin está sufriendo una fuerte persecución por parte del Gobierno Chino “al igual que Mons. James Lin Xili, el primer Obispo de Wenzhou”. El Prelado, ordenado en 1992 por el Papa Juan Pablo II, también era un obispo “clandestino” que en 1999 fue arrestado por las autoridades chinas y estuvo recluido hasta su muerte en 2009.
En los últimos años, las autoridades han impedido con vallas de hierro la entrada de los fieles al cementerio de Wenzhou, para evitar que los católicos se reúnan. “Este año, se llevaron directamente a Mons. Shao”, precisó.
El secuestro de Mons. Shao se dio pese al acuerdo que el Vaticano firmó con el gobierno chino sobre el nombramiento de obispos. Los términos del acuerdo, que se renovó en octubre de 2020 por dos años más, no han sido revelados.
Asia News señaló que el Acuerdo Sino-Vaticano parece no frenar la persecución de los católicos chinos, especialmente de los obispos que no son “oficiales”. Además, indicó en mayo de este año que “muchos fieles consideran que ‘el acuerdo ha sido traicionado’”, y que algunos consideran que desde su firma “ha aumentado la persecución contra los católicos”.
Otros obispos perseguidos son Mons. Jia Zhiguo, que está bajo arresto domiciliario, y Mons. Joseph Zhang Weizhu, detenido junto con siete sacerdotes y 10 seminaristas entre el 20 y 21 de mayo, y “sometido a sesiones políticas”. Además, a otros obispos como Mons. Guo Xijin, se les ha cortado el suministro de agua, electricidad y gas en sus hogares, indicó.
En febrero de 2018, meses antes del acuerdo entre China y el Vaticano, entró en vigor una “Nueva reglamentación de las actividades religiosas” impuesta por el Partido Comunista, que solo permite que se realicen actividades, incluidas las clases de teología, en lugares registrados y controlados por el gobierno chino.
Además, la norma indica que el personal religioso solo puede desempeñar sus funciones si está adherido a la Iglesia “oficial” y se subordina al Partido Comunista Chino.
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