Tal vez un elemento de la Nueva Era o New Age que goza de popularidad en el mundo actual es la reencarnación, una creencia que incluso algunos católicos aceptan pese a ser incompatible con la fe cristiana.
¿De dónde surge la creencia en la resurrección?
Aunque la creencia en la resurrección comienza cuando el Señor Jesús resucitó al tercer día después de morir, ya había cierta idea al respecto entre algunos judíos, como los fariseos.
“Los fariseos creían en ángeles y en las almas espirituales y, en general, en la resurrección de los muertos”, dijo en abril de 2020 a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el diácono Joel Barstad, profesor de Teología del Seminario Saint John Vianney en Denver (Estados Unidos).
“La resurrección de Jesús de entre los muertos confirmó esa creencia, pero también le dio una base sólida y profunda”, agregó.
La doctrina cristiana sobre la resurrección se encuentra en el Catecismo de la Iglesia Católica en los numerales que van del 988 al 1001.
El numeral 989 señala: “Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día. Como la suya, nuestra resurrección será obra de la Santísima Trinidad”
“El término ‘carne’ designa al hombre en su condición de debilidad y de mortalidad. La ‘resurrección de la carne’ significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida del alma inmortal, sino que también nuestros ‘cuerpos mortales’ volverán a tener vida”.
“Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus comienzos un elemento esencial de la fe cristiana. ‘La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella’”, señala luego el numeral 990.
“La salvación es la unidad con Cristo porque Cristo trae el Reino de Dios y ese Reino se realiza en la resurrección”, dijo a CNA el profesor de Teología Sistemática de la Universidad Católica de América, Michael Root.
Joel Barstad dijo que “un cristiano es un individuo que quiere ser realmente alguien ahora y luego de la muerte hasta el fin de los tiempos, pero para que eso sea posible, voy a necesitar mi cuerpo resucitado y los demás necesitarán los suyos”, precisó.
¿Por qué los cristianos deben rechazar la reencarnación?
En opinión de Root, las dos razones principales para rechazar la creencia en la reencarnación son: que se opone a la forma en la que Cristo ofrece la salvación y porque va en contra de la naturaleza de la persona humana.
Root explicó que la reencarnación “contradice la imagen de la salvación que tenemos en el Nuevo Testamento, donde nuestra participación en la resurrección de Cristo es efectivamente de lo que se trata la salvación” y “nos da una imagen muy distinta de lo que es ser humano: un ente incorpóreo que no está relacionado a ningún tiempo específico”.
“El cristianismo toma muy en serio que somos seres con un cuerpo y, cualquier noción de reencarnación considera que el ser solo tiene una especie de conexión accidental con cualquier cuerpo específico, porque desde esa perspectiva uno pasa de un cuerpo a otro y a otro y a otro; y ese no tener un cuerpo específico termina en la idea de que uno no sabe quién es”, destacó Root.
El documento vaticano sobre la Nueva Era titulado “Jesucristo portador del agua de la vida”, señala que “la unidad cósmica y la reencarnación son irreconciliables con la creencia cristiana de que la persona humana es un ser único, que vive una sola vida de la que es plenamente responsable: este modo de entender la persona pone en cuestión tanto la responsabilidad personal como la libertad”.
Barstad también señaló que la creencia en la reencarnación no es algo positivo, tampoco para los budistas e hinduistas, quienes la ven como algo de lo que se debe escapar.
“No conozco una doctrina robusta sobre la reencarnación (…) que considere la reencarnación de un alma como algo bueno; aunque de repente algunos hinduistas o estoicos la vean como una necesidad cósmica benigna; pero ciertamente la aspiración más profunda” de algunos que creen en esto “sea disolver los nexos de las relaciones temporales y corporales totalmente; es decir, disolver la relación con el cuerpo de modo que no sea posible otra reencarnación para un alma. La meta para el alma es entonces convertirse permanentemente en nadie”, destacó Barstad.
La esperanza de la resurrección
Si bien los cristianos pueden experimentar sufrimiento en la vida, también pueden vivir la esperanza de que “son amados por Cristo que, a través de su propia muerte humana y divina; y su resurrección, puede llevarlos hasta el final y remodelarlos, haciendo algo hermoso a partir de un enredo”, explicó Barstad.
Los cristianos además esperan la resurrección de los otros, de sus amigos y seres queridos, “para vivir en un cielo nuevo y una tierra nueva”.
“Por todo esto evangelizamos, por esto nos arrepentimos de nuestros errores y perdonamos a quienes nos hacen mal. Por esto rezamos por los muertos y por esto los santos que ya gozan de la visión beatífica de Dios también rezan por nosotros”.
Los santos, concluyó el experto, “están todavía involucrados con el mundo y esperan con nosotros la revelación final de Cristo que nos dará la resurrección a todos”.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente por CNA
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