Hoy celebramos a los santos Crisanto y Daría, mártires del siglo III

Los santos Crisanto y Daría fueron dos mártires del siglo III, quienes vivieron en tiempos del emperador Numeriano. De acuerdo a la tradición, Crisanto nació en Alejandría y fue hijo de Polemio, un patricio romano.

Crisanto fue enviado por su padre a Roma, para que se entrene en las artes retóricas y la dialéctica. En la Ciudad Eterna se familiariza con las lecturas cristianas y los Santos Evangelios, y con la ayuda del presbítero Carpóforo se convirtió al cristianismo y pidió ser bautizado.

Cuando su padre tomó noticia de su conversión intentó quebrar su voluntad para que regrese al culto pagano, pero no tuvo suerte. Molesto por lo sucedido, el padre mandó encerrar a Crisanto en un calabozo y empezó a enviarle mujeres a su celda. Una de esas fue Daría, esclava vestal que había conservado su virginidad. Crisanto le habló a Daría de Jesucristo y logró que esta se convirtiera. Entonces Crisanto le propuso matrimonio, pero con la condición de mantenerse castos y dedicarse a anunciar la Buena Noticia.

Cuando Crisanto recuperó su libertad, la pareja se casó y dieron un gran testimonio.

La tradición da cuenta de las innumerables conversiones logradas por Crisanto y Daría, empezando la de setenta soldados de la guarnición que los tenían custodiados. Toda una familia de nobles romanos también fue convertida por los esposos.

Por tales motivos, Crisanto y Daría fueron condenados a morir. Diversas técnicas de tortura fueron aplicadas, y se les intentó matar de varias maneras. Como dichos intentos fracasaron, finalmente se decidió que fueran enterrados vivos. Se les condujo a la Vía Salaria donde fueron ejecutados.​ Sus restos posteriormente fueron trasladados para ser enterrados en la Vía Salaria Nova, en las catacumbas de Roma. Lamentablemente, dadas las condiciones en las que vivía la comunidad cristiana, o quizás por el deseo de extender la veneración de estos mártires, sus restos fueron reubicados en varias oportunidades.

En el año 2008, durante las obras de restauración de la catedral de Reggio Emilia, fueron encontrados debajo del altar principal los esqueletos de una joven pareja romana. Los estudios con la prueba del carbono 14 arrojaron una datación entre los años 80 y 340 después de Cristo. Las osamentas además indicaban que se trataba de una pareja perteneciente a la nobleza de la antigua Roma. Dada la veneración con la que fueron enterrados es posible que se trate de los restos de los mártires Crisanto y Daría.

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