El Papa Francisco recordó a la joven laica Sandra Sabattini, que se ha convertido en la primera novia proclamada beata en una ceremonia celebrada este domingo 24 de octubre en la catedral de la ciudad italiana de Rimini.
“Hoy en Rimini se beatifica a la joven Sandra Sabattini, estudiante de medicina fallecida a los 22 años en un accidente de carretera. Joven alegre, animada por una gran caridad y por la oración diaria, se dedicó con entusiasmo al servicio de los más débiles por la senda del carisma del Siervo de Dios, el Padre Oreste Bezi”.
La beata Sandra Sabattini falleció atropellada cuando estaba comprometida para casarse con Guido Rossi, con quien soñaba ir a África para iniciar una comunidad que sirviera a los “últimos de los últimos”.
Su causa de beatificación la impulsó el mismo P. Oreste Benzi, fundador de la Comunidad Papa Juan XXIII a la que pertenecía Sandra, con la idea de que se convirtiera en “la primera novia santa”.
Sandra Sabattini nació en la localidad italiana de Riccione el 19 de agosto de 1961, aunque pasó su infancia en el municipio de Misano Adriático, Rimini. Más tarde, su familia se mudó a la casa parroquial de San Girolamo, donde su tío Giuseppe Bonini, hermano de su madre, era el párroco.
El 24 de enero de 1972 comenzó a escribir un diario personal donde plasmaría su profunda religiosidad católica y que, tras su muerte, se haría muy conocido. Tres años después conoció al P. Oreste Benzi, fundador de la Comunidad Papa Juan XXIII, que se dedicaba a atender a los “últimos” de la sociedad.
Tras una primera experiencia misionera con el grupo, regreso a casa con una convicción: “Nos hemos roto los huesos, pero esa es gente a la que nunca abandonaré”.
Comenzó sus estudios universitarios de medicina y empleaba su tiempo libre y vacaciones a atender a los enfermos.
Siempre mostró una vida intensa de oración, el Rosario diario y la meditación cotidiana de la Palabra de Dios, Sandra también tenía la costumbre de rezar la primera hora de cada año (de 12 a 1 a.m.) ante el Santísimo Sacramento.
A los 20 años conoció a Guido Rossi, con quien compartía muchos ideales, como el sueño de ir a África para servir a los “últimos de los últimos”.
Falleció el 29 de abril de 1984 al bajarse del vehículo de Guido cuando acudían a un encuentro de la Comunidad Papa Juan XXIII. Mientras esperaba para cruzar la calle, un vehículo que circulaba en sentido contrario la atropelló. Fue trasladada al Hospital Bellaria de Bologna donde falleció el 2 de mayo.
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