La oficina de las celebraciones litúrgicas pontificias publicó este 22 de octubre la agenda del Papa Francisco con las ceremonias que presidirá el Santo Padre en el Vaticano durante el mes de noviembre de 2021.
En primer lugar, el Santo Padre presidirá el jueves 4 de noviembre una Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos durante el año. La Eucaristía será en el altar de la cátedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano a las 11:00 a.m.
Al día siguiente, 5 de noviembre, el Papa celebrará una Misa en la Universidad Católica del Sacro Cuore en Roma a las 10:30 a.m.
El domingo 14 de noviembre, el Pontífice presidirá una Eucaristía a las 10:00 a.m. en la Basílica de San Pedro con ocasión de la Jornada Mundial de los Pobres.
Viaje a Asís
Previamente, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización anunció otra cita en la agenda del Papa Francisco en este mes de noviembre: la visita privada a Asís el viernes 12 de noviembre como preparación a la quinta edición de la Jornada Mundial de los Pobres.
El Santo Padre irá a la Basílica de Santa María de los Ángeles -que custodia en su interior la Porciúncula- en donde “encontrará en forma privada a un grupo de 500 pobres procedentes de diversos países de Europa para pasar con ellos un momento de escucha y oración”.
El tema de la Jornada Mundial de los Pobres 2021 es “los pobres los tienen siempre con ustedes”, frase basada en el Evangelio de San Marcos (Mc 14, 7).
En su mensaje para esta Jornada Mundial, el Papa destacó que “a menudo los pobres son considerados como personas separadas, como una categoría que requiere un particular servicio caritativo”, sin embargo, “seguir a Jesús implica, en este sentido, un cambio de mentalidad, es decir, acoger el reto de compartir y participar”.
“Convertirnos en sus discípulos implica la opción de no acumular tesoros en la tierra, que dan la ilusión de una seguridad en realidad frágil y efímera. Por el contrario, requiere la disponibilidad para liberarse de todo vínculo que impida alcanzar la verdadera felicidad y bienaventuranza, para reconocer lo que es duradero y que no puede ser destruido por nada ni por nadie”, explicó el Santo Padre.
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