Santa Regina, también conocida como Santa Regina de Alesia, fue una virgen mártir nacida en Grignon (actualmente territorio perteneciente a Francia). Vivió en el siglo III y, pese a que se dispone de poca información sobre su vida, su culto permanece a lo largo de los siglos en el corazón del pueblo cristiano.
El nombre Regina quiere decir “reina” en latín, por lo que los franceses suelen referirse a ella como “Sainte Reine” (la Santa Reina). Fue hija de un ciudadano pagano de Alise (Alesia) llamado Clemente, natural de Borgoña. Dice la historia que su madre falleció al darla a luz y por ello fue entregada a una nodriza cristiana que la educó en la fe y la hizo bautizar.
Cuando creció, su belleza atrajo la mirada de un prefecto llamado Olibrio, que al enterarse del origen noble de Regina quiso casarse con ella. Regina se negó a contraer nupcias, pese a la insistencia de su padre.
Olibrio, al enterarse de que era cristiana, la mandó encerrar en una prisión con el propósito de chantajearla. Regina no se doblegó jamás: fue interrogada y maltratada, pero nunca renunció a Cristo, a quien había consagrado su virginidad, ni aceptó casarse.
En una de las terribles noches que pasó en cautiverio, la joven cristiana recibió el consuelo divino a través de una visión de la cruz, al tiempo que una voz le decía que su liberación estaba próxima. Al día siguiente, Olibrio ordenó que fuera torturada de nuevo y después decapitada.
De acuerdo a las Actas de los mártires, Regina fue ejecutada el 7 de septiembre del año 251. Se dice que durante la ejecución apareció una paloma blanquísima que se posó sobre ella. Esto fue considerado como un signo de la presencia del Espíritu Santo fortaleciendo a la Santa. Su muerte suscitó innumerables conversiones entre quienes la acompañaron hasta el momento final, y entre quienes tuvieron noticia de su sacrificio.
Santa Regina ha quedado inmortalizada en numerosas representaciones artísticas. La iconografía la representa generalmente con la palma del triunfo en las manos (la palma del martirio); el hacha o espada con que fue decapitada, o portando las cadenas que la aprisionaron y que hoy son veneradas en Flavigny-sur-Ozerain, Borgoña. A veces también es representada con una paloma suspendida sobre su cabeza, en alusión al Espíritu Santo, o con una oveja al lado, en referencia a su oficio de pastora.
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