Tras el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que abre las puertas a la despenalización del aborto, el Arzobispo Primado de México, Cardenal Carlos Aguiar Retes, advirtió que atentar “contra la vida, es atentar contra Dios”.
En un mensaje difundido este 9 de septiembre, el Cardenal Aguiar Retes subrayó que “para la Iglesia Católica, el ser humano es creado por Dios desde el seno materno, y por ello, sostenemos que la vida es sagrada”.
El 7 de septiembre la Suprema Corte declaró inválido, con los votos de los 10 ministros presentes de un total de 11, el artículo 196 y partes de los artículos 198, 199 y del artículo 224, fracción II, del Código Penal de Coahuila.
Los textos invalidados se refieren a la pena de prisión para las mujeres que abortan voluntariamente, así como a restricciones para el personal de salud que las ayuda.
El fallo recibió el voto de los 10 ministros de la Suprema Corte presentes en la sesión del 7 de septiembre, de un total de 11, por lo que sienta jurisprudencia.
El Arzobispo de México señaló que “la instrucción ‘Donum vitae’ de la Congregación para la Doctrina de la Fe recuerda que el ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción”.
“Por eso, a partir de este momento se debe reconocer el derecho inviolable a la vida, de todo ser humano, y muy especialmente a quien no pueden defenderse”, indicó.
Además, indicó, “desde 1948, la Organización de las Naciones Unidas estableció varios derechos universales, uno de ellos es el Derecho a la Vida. Estos derechos son llamados ‘universales’ porque afectan a toda la humanidad y, por lo tanto, son prioritarios”.
“Los derechos de la mujer, en cambio, son sectoriales, pues son sólo para una parte de la sociedad. Lo universal –nos recuerda el Papa Francisco– es mayor que lo sectorial, y por lo tanto, los derechos de la mujer no pueden ir en contra de los derechos universales, lo cual es un principio lógico”, precisó.
Para el Cardenal Aguiar Retes, el fallo de la Suprema Corte “está facilitando la falsa salida, cuando la mujer se encuentra con un embarazo inesperado y no deseado en situaciones de presión de distintas formas”.
El Arzobispo de México destacó luego que “algunos estudios elaborados por organizaciones de la Iglesia que atienden el llamado síndrome postaborto, así como los sacerdotes al administrar el Sacramento de la Reconciliación, damos testimonio que aproximadamente el 85% de las mujeres que acuden a esta práctica presentan graves secuelas en su salud física, emocional, moral, psicológica y espiritual”.
“Son secuelas difíciles de superar, y que incluso muchas veces quedan para el resto de sus vidas”, advirtió.
Frente a este drama, indicó el Purpurado, “la Iglesia Católica consciente de este drama, condena el machismo cultural, que deja a la mujer sola ante un embarazo no deseado”.
“Por eso, la comunidad católica ofrece ayuda a las mujeres, antes, durante y después de dar a luz, a través de organizaciones dirigidas por laicos comprometidos, quienes hacen un esfuerzo heroico por salvar la vida del bebé y de la madre. Porque ambas vidas tienen el mismo valor y dignidad”.
Para el Cardenal, tras el fallo de la Suprema Corte “como Iglesia, ahora enfrentamos un reto mayúsculo”.
Esta desafío, indicó, “debe llevar a todos: obispos, sacerdotes, religiosas y laicos, a sumar esfuerzos para tender la mano a todas aquellas mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad”.
“De ahora en adelante, debemos intensificar el acompañamiento y auxilio a la mujer que sufre este drama”, aseguró.
Tras el fallo sobre el Código Penal de Coahuila, desde este 9 de septiembre la Suprema Corte de Justicia discute una acción de inconstitucionalidad sobre el “blindaje” del derecho a la vida desde la concepción en la Constitución del estado de Sinoaloa.
Además, en los próximos días debatirán y fallarán sobre una acción de inconstitucionalidad que busca limitar la objeción de conciencia de profesionales de la salud, obligándolos a participar en abortos.
A través de la plataforma CitizenGO, más de 60 mil personas han firmado una campaña rechazando el aborto y las decisiones de la Suprema Corte.
Unas 30 mil personas han firmado una campaña similar en la plataforma Actívate.
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