Volverán a investigar muerte de obispo argentino 45 años después

28 de febrero de 2023 / 4:20 p. m.

En Argentina se volverá a investigar, bajo la presunción de asesinato, la muerte del Obispo de San Nicolás, Mons. Carlos Ponce de León, luego de que en 1978 un fallo estableciera que el deceso ocurrido el año anterior, en 1977, fue causado por un accidente de tránsito.

En 2021, el fiscal federal Matías Di Lello argumentó que hubo irregularidades en la investigación, y por ello solicitó la nulidad de la sentencia de 1978 que había determinado la causa de muerte del obispo como homicidio doloso por accidente de tránsito.

Pero el juez federal Marcelo Bailaque no aceptó el pedido, al considerar que no existían nuevas y contundentes pruebas para declarar la nulidad.

Sin embargo, la causa dio un giro este jueves 23 de febrero, cuando la Cámara Federal de Rosario revocó el fallo de Bailaque.

Esta decisión permitirá continuar la investigación por homicidio, debido a omisiones e irregularidades en la investigación previa, de acuerdo a lo consignado por el Ministerio Público Fiscal.

Al revocar el fallo, la Cámara argumentó que, mediante una investigación iniciada en 2004, se había conocido que “desde el año 1975 a Ponce de León se le realizaban tareas de inteligencia y que recibía constantes amenazas de muerte", informó la agencia Télam.

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El siguiente paso es que el juez convoque a declarar a los acusados por el asesinato, según dijeron fuentes judiciales a dicho medio.

Por la muerte de Mons. Ponce de León, ocurrida el 11 de julio de 1977 en la ruta nacional N°9, fue condenado en 1978 Luis Antonio Martínez.

Según la sentencia, Martínez conducía la camioneta Ford F-100 que se interpuso de manera transversal en la ruta y provocó el choque con el Renault 4 manejado por Mons. Ponce de León, quien estaba acompañado por el joven Víctor Martínez. 

En 2004, la causa fue reabierta a pedido del fiscal federal de San Nicolás, Juan Patricio Murray, para investigarse como posible crimen de lesa humanidad durante la última dictadura militar.

En ese contexto, el fiscal Di Lello pidió que se llame a declaración indagatoria a Antonio Bossié, quien se desempeñaba como mayor del Ejército y jefe de Inteligencia del Área 132 en el momento de la muerte del obispo. También al entonces capitán Bernardo Landa; al mayor Omar Andrada; a Luis Martínez, único condenado en 1978; y a Carlos Bottini, directivo de la firma Agropolo SA y propietario de la Ford F-100.

Para poder tomar las declaraciones, era necesario que se determinara la nulidad “por cosa juzgada írrita” de la sentencia de 1978. De lo contrario, el entonces condenado Luis Martínez podría argumentar que es juzgado dos veces por el mismo hecho.

(El artículo continúa después)

Con la reciente decisión de la Cámara Federal de Rosario, que revoca lo determinado por el juez Bailaque, los imputados podrán ser llamados a declarar por su presunta participación en el asesinato del prelado.

Las razones para reabrir la investigación

Entre los argumentos para reabrir la investigación sobre la muerte de Mons. Carlos Ponce de León figuran discrepancias entre el informe médico utilizado en la causa de 1977 y el realizado en el año 2009 sobre el cuerpo de la víctima.

Por otro lado, “ha desaparecido la documentación que el obispo conservaba respecto de personas detenidas, perseguidas o desaparecidas durante la última dictadura”, señala la resolución de la Cámara Federal de Rosario.

Además, “no se ha podido determinar de manera categórica cómo fue la mecánica del hecho”.

El documento advierte que tampoco se practicó un examen médico externo del cadáver, ni la necropsia. Además, no se agregó al expediente un certificado médico con las causas de la muerte ni se llevó a cabo la pericia accidentológica.

Mediante nuevos instrumentos técnicos, un perito de parte ha señalado que la camioneta contra la que se estrelló el vehículo conducido por el obispo se encontraba detenida y no en movimiento, como había declarado el acusado Martínez.

Además, determinó que no existió movimiento de freno alguno de la camioneta, sino sólo del auto de Mons. Ponce de León.

La Cámara hizo hincapié también en las operaciones de inteligencia, seguimientos y amenazas que recibía el obispo por parte de los órganos del gobierno.

Las amenazas estaban relacionadas con la defensa de Ponce de León a personas perseguidas o desaparecidas durante la dictadura que gobernó Argentina de 1976 a 1983.

Por todos estos elementos, se sospecha que “el deceso de Ponce de León pudo estar pergeñado por parte de las autoridades militares del Área Militar 132".

Dicha área estaba comandada por el coronel Manuel Fernando Saint Amant, quien “poseía un carácter pésimo, autoritario y cruel, lo maltrataba directamente a Ponce de León", declaró a Télam el P. Nicolás Gómez, que en ese entonces era seminarista.

“El trato de Saint Amant era muy fuerte, al punto que le dijo a Ponce de León: ‘Yo voy a hacer desaparecer a todos lo que están junto a usted, y a usted todavía no puedo porque es obispo’”, recordó.

Mons. Carlos Ponce de León tomó posesión de la Diócesis de San Nicolás el 18 de junio de 1966. Desempeñó un notorio papel durante el gobierno de facto, recibiendo a familiares de desaparecidos, muchos de ellos trabajadores de las fábricas locales.

Su muerte guarda similitud con la del Obispo de La Rioja, Mons. Enrique Angelelli -hoy Beato-, asesinado el 4 de agosto de 1976 en la zona de Chamical, en circunstancias que simularon un accidente.

Ese día, Mons. Angelelli se trasladaba en su vehículo con información sobre los crímenes de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, ocurridos el 18 de julio de 1976.

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