El icono de la “Sagrada Familia de la Divina Voluntad de Unidad y Paz”, que fue bendecido durante la “Jornada de paz para oriente”, recorrió las iglesias del Líbano para llevar esperanza en medio de las dificultades que atraviesa el país.
Por iniciativa del Comité de Justicia y Paz, el Consejo de Patriarcas Católicos del Oriente, presidido por el Patriarca maronita, Cardenal Béchara Boutros, decidió consagrar todo el Medio Oriente a la Sagrada Familia durante un día dedicado a orar por la Paz en esta parte del mundo.
El consejo decidió que por el Año de San José y el Año de la Familia Amoris Laetitia convocadas por el Papa Francisco, se bendijera un ícono de la Sagrada Familia, al que se le puso el nombre de “Sagrada Familia de la Divina Voluntad de Unidad y Paz”, para resaltar el ejemplo de José, María y el Niño Jesús en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
La organización maronita en español, Maronitas.org, indicó a ACI Prensa que el “icono es un panel de la Sagrada Familia de Nazaret que cuelga sobre el altar de la Iglesia de San José en Nazaret, donde, según la tradición, estaba ubicada la casa del carpintero”.
“A este icono se le incrustaron unas reliquias de la Basílica de la Anunciación de Nazaret, lugar donde nació la Santísima Virgen María y en donde se le anunció que sería la Madre de Dios”, agregó.
El 27 de junio, durante la Misa y consagración de Oriente, el icono fue bendecido y empezó su peregrinación en Diman (Líbano) y terminará en el Vaticano el 8 de diciembre de 2021, donde será recibido por el Papa Francisco.
“Concluida la peregrinación, el icono reposará permanentemente en la Basílica de la Anunciación de Nazaret para su veneración”, agregaron los maronitas.
Además, señalaron que durante la estadía en el Líbano, el icono visitó las iglesias de los diferentes ritos católicos presentes en Beirut, Maghdoucheh, Dahr El-Ain El Koura, Zahle, Bekaa y Baalbek, Saydet Zahle y Bekaa y el Monte Líbano.
El vicario de la Eparquía Maronita de México, Mons. Alberto Meouchi, indicó que cada comunidad católica acogió “con gran piedad” la imagen, que “en estos momentos tan difíciles por los que atravesamos en el Líbano fue de gran esperanza”.
“Dios no nos abandona. La Sagrada Familia también sufrió martirios cuando Herodes mató a los niños inocentes. Fueron emigrantes, padecieron pobreza, falta de trabajo, etc. como tantos libaneses hoy en día”, agregó.
El icono partió el 7 de septiembre hacia Siria, donde permanecerá en Alepo del 8 al 13 de septiembre y visitará la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús y la Catedral de San Elías del rito maronita, la Catedral Um Al-Maoun de los armenios, la parroquia de San Francisco de Asís del rito latino, la parroquia de Nuestra Señora de los melquitas y la parroquia de San Efrén de los siro-católicos.
Durante la bendición de la imagen, el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, animó a los fieles a pedir a Dios “que conceda su misericordia y paz a este amado Oriente Medio, donde la fe cristiana nació y sigue viva a pesar de todo el dolor”.
Oración de Consagración del Oriente a la Sagrada Familia
Recurrimos a tu protección, Sagrada Familia, Jesús, María y José, en medio de las crisis políticas y económicas que nos agobian a todos los ciudadanos del Oriente Medio.
Recurrimos a tu protección, oh Sagrada Familia, Jesús, María y José, en medio de las repercusiones de la pandemia de coronavirus, que ha creado un estado de inestabilidad, miedo y ansiedad.
Recurrimos a tu protección, oh Familia de Nazaret, tú que viviste las dificultades con fe, esperanza y amor, para consagrarte por completo nuestro Oriente y nuestros países, y confiarte nuestras vidas y nuestras patrias, nuestros miedos y esperanzas, nuestros niños, nuestros jóvenes y nuestras familias, para que cada familia se convierta en una pequeña iglesia y en un lugar integral.
Oh Sagrada Familia, obtén de Dios la bendición de sacar a Oriente Medio de estas condiciones asfixiantes y de devolverle la paz y la estabilidad, para que sus ciudadanos puedan vivir en igualdad de derechos y deberes, y disfrutar de una vida libre y digna, independientemente de la naturaleza de su afiliación religiosa y nacional.
Oh Sagrada Familia, que tu tierna mirada esté sobre nosotros, sobre nuestras familias y nuestra región, para que veamos los signos de la presencia de Dios como tú lo hiciste con absoluta fidelidad, para que nuestros corazones se abran los unos a los otros y al mundo y lleguemos a ser una sola familia, viviendo en paz, amor y armonía.
Con San Efrén, te imploramos, Señor: haz que en nuestro tiempo se produzca la reconciliación entre los pueblos, para que sean una sola y verdadera comunidad. Reúne a todos tus hijos en tu seno, para que surja la gratitud hacia ti. Si todos los hijos de la luz estuvieran unidos, su rayo de luz unificado eliminaría las tinieblas, por el poder de su unidad.
Sagrada Familia de Jesús, María y José, confiadamente ponemos en tus manos esta oración y la consagración de nuestro Oriente. A la Santísima Trinidad gracias y alabanzas ahora y siempre. Amén.
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