El Papa Francisco presentó la figura de María como “un punto de referencia para una cultura capaz de superar las barreras que pueden crear división”.
En un mensaje enviado al XXV Congreso Mariológico Mariano Internacional, organizado por la Pontificia Academia Mariana Internationalis, que se desarrollará de forma telemática sobre el tema “María entre las teologías y las culturas hoy. Modelos, comunicaciones, perspectivas”, el Papa llamó a contemplar la presencia de María en las fronteras.
Es precisamente en las fronteras donde “la teología y la cultura de inspiración cristiana han estado a la altura de su misión”. María “es la Madre de todos, independientemente de la etnia o la nacionalidad”.
Por eso, “en el camino de esta cultura de la fraternidad, el Espíritu nos llama a acoger de nuevo el signo de consuelo y de esperanza segura que tiene el nombre, el rostro y el corazón de María, mujer, discípula, madre y amiga”.
Por este camino, “el Espíritu sigue diciéndonos «que los tiempos que vivimos son tiempos de María”, destacó el Pontífice.
En ese sentido destacó que “la Pontificia Academia Mariana Internationalis, perseverando en su compromiso de renovación, trata de leer los signos de estos tiempos, en beneficio de la Iglesia y de toda mujer y hombre de buena voluntad”.
El Papa continuó: “El misterio contenido en la persona de María es el misterio mismo del Verbo de Dios encarnado”.
Recordó también unas palabras del Papa Emérito Benedicto XVI donde exhorta a los estudiosos “a que profundicen más la relación entre mariología y teología de la Palabra”.
“No olvidemos que es precisamente esta misma Palabra la que alimenta la piedad popular, que acude con naturalidad a la Virgen, expresando y transmitiendo la vida teologal presente en la piedad de los pueblos cristianos, especialmente en sus pobres”.
Por otro lado, el Santo Padre también pidió que la alegría no olvide “el grito silencioso de tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de gran dificultad, agravadas por la pandemia”.
“La verdadera alegría que viene del Señor siempre da espacio a las voces de los olvidados, para que junto a ellos podamos construir un futuro mejor. María, en la belleza del seguimiento del Evangelio y en el servicio al bien común de la humanidad y del planeta, nos enseña siempre a escuchar estas voces, y ella misma se convierte en la voz de los sin voz para dar a luz un mundo nuevo, donde todos seamos hermanos, donde haya lugar para cada descartado de nuestras sociedades”.
El Papa Francisco agradeció a la Pontificia Academia Mariana Internationalis sus más se de sesenta años “coordinando y reuniendo a estudiosos de la mariología de todo el mundo, especialmente mediante la celebración de Congresos Mariológicos Internacionales”.
En ese tiempo “ha brindado intuiciones, ideas y conocimientos en una época de cambios que transforman velozmente el modo de vivir, de interactuar, de comunicar y elaborar el pensamiento, de relacionarse entre las generaciones humanas, y de comprender y vivir la fe”.
Estos congresos, en opinión del Pontífice, “son un claro testimonio de que la mariología es una presencia necesaria de diálogo entre culturas, capaz de alimentar la fraternidad y la paz”.
Por ello, agradeció a la Pontificia Academia Mariana Internationalis “la preparación y organización de este Congreso, que constituye un momento importante al servicio de la coordinación de la teología mariana”.
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