Los obispos de Cuba respaldaron el derecho de la población a manifestar públicamente “su malestar por el deterioro de la situación económica y social” y aclararon que a la solución no se llegará con “imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación”.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), publicó un comunicado con fecha 12 de julio, al día siguiente de que miles de personas salieron a las calles en localidades y ciudades de toda la isla para exigir libertad, y expresar su malestar por la crisis económica, la falta de alimentos, de medicinas y la necesidad de vacunas para afrontar la pandemia de coronavirus, cuyos casos han aumentado en los últimos días.
Sin embargo, el presidente Miguel Díaz-Canel ordenó a sus partidarios a salir para contrarrestar las protestas. Esto fue criticado por la oposición, que denunció el intento del régimen de promover un enfrentamiento entre cubanos.
En las redes sociales se vio a agentes del Gobierno y la policía reprimiendo a varios de los manifestantes. El diario ABC de España denunció que su corresponsal en La Habana ha sido detenida.
“La detención de la corresponsal de ABC en Cuba, Camila Acosta, así como la de muchos otros de sus compañeros de profesión, que se limitan a cumplir con su derecho y deber de informar, es completamente inadmisible”, expresó el diario, que exigió su liberación y la devolución del material profesional que le fue requisado.
El domingo en Camagüey fue golpeado y detenido el P. Castor Álvarez cuando protegía a algunos manifestantes. El sacerdote fue liberado el lunes, sin embargo, aún no se tiene noticias del seminarista Rafael Cruz Débora, de 26 años, sacado de su vivienda en Matanzas por agentes del régimen.
Aunque el Gobierno cortó el internet para evitar que se sigan propagando imágenes de las manifestaciones por las redes sociales, se supo que ayer lunes continuaron las masivas protestas en La Habana, Camagüey y otros puntos del país.
En su comunicado, los obispos señalaron que no se puede “cerrar los ojos o entornar la mirada, como si nada estuviera sucediendo”. En el país, indicaron, “salieron a las calles miles de personas en ciudades y pueblos de Cuba, protestando públicamente, expresando su malestar por el deterioro de la situación económica y social que vive nuestro pueblo y que se ha acentuado de manera significativa”.
El Episcopado dijo que “entendemos que el Gobierno tiene responsabilidades y ha tratado de tomar medidas para paliar las referidas dificultades, pero también comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”.
“En estos momentos, como pastores nos preocupa que las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos. No solo vemos que las situaciones se agravan, sino, también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”, señalaron.
Los obispos advirtieron que “no se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación, sino cuando se ejercite la escucha mutua, se busquen acuerdos comunes y se den pasos concretos y tangibles que contribuyan, con el aporte de todos los cubanos sin exclusión, a construir la Patria ‘con todos y para el bien de todos’. Esa es la Patria que queremos”.
“Nos enseña el Papa Francisco y, a su vez, las experiencias vividas, que las crisis no se superan con el enfrentamiento sino procurando un entendimiento”, añadieron.
Los obispos recordaron que “la violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar, por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución”.
“A la Virgen de la Caridad, Reina y Madre de todos los cubanos, siempre manantial de reconciliación, pedimos haga de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas, donde prevalezcan la búsqueda de la verdad y el bien común”, expresaron.
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