El Vaticano publicó la oración para la primera Jornada Mundial de los abuelos y las personas mayores que se llevará a cabo el próximo 25 de julio y que se realizará cada año el cuarto domingo de julio, en la cercanía a la fiesta de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús.
En Roma, esta Jornada se celebrará con una Misa en la Basílica de San Pedro a la que se espera que asistan “2.000 personas de la Diócesis y de las asociaciones que se ocupan de la pastoral de la tercera edad, principalmente los abuelos acompañados de sus nietos, pero significativamente también habrá varios centenares de personas que saldrán de las estructuras residenciales en las que viven por primera vez después de más de un año de aislamiento”, informó el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, organizador de la iniciativa.
La Eucaristía en la Basílica vaticana será a las 10:00 a.m. (hora local) y será presidida por el presidente del Consejo para la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella.
El Santo Padre instituyó esta Jornada Mundial que se celebrará cada año el cuarto domingo de julio para revalorar a quienes son los primeros encargados en orientar la fe dentro de los hogares, afirmó el Obispo Auxiliar delegado para la pastoral familiar de la Diócesis de Roma, Mons. Dario Gervasi.
Por su parte, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida invitó a todos, especialmente a los jóvenes, a celebrar la Jornada Mundial de los abuelos y de las personas mayores “visitando a sus abuelos o a los mayores solos en su comunidad también en los días siguientes” porque se puede obtener la indulgencia plenaria y además es “una oportunidad para entregar el mensaje del Santo Padre y recitar juntos la oración”
Oración para la Jornada
“Te doy las gracias, Señor, por el consuelo de tu presencia: También en la soledad, eres mi esperanza, mi confianza; ¡Desde mi juventud, eres mi roca y mi fortaleza! Gracias por haberme dado una familia y por la bendición de una larga vida.
Te agradezco los momentos de alegría y de dificultad, por los sueños cumplidos y por los que aún tengo por delante.
Te agradezco este tiempo de renovada fecundidad al que me llamas.
Aumenta, Señor, mi fe, hazme un instrumento de tu paz; enséñame a acoger a quien sufre más que yo, a no dejar de soñar y a narrar tus maravillas a las nuevas generaciones.
Protege y guía al papa Francisco y a la Iglesia, para que la luz del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra.
Envía tu Espíritu, Señor, a renovar el mundo, para que la tormenta de la pandemia se apacigüe, los pobres sean consolados y toda guerra termine.
Sostenme en la debilidad, y concédeme vivir plenamente cada momento que me das, con la certeza de que estás conmigo cada día hasta el fin del mundo. Amén”.
Mensaje del Papa Francisco
El tema de la primera Jornada Mundial de los abuelos y de las personas mayores es: “Yo estoy contigo todos los días”, es una frase de Jesús narrada en el Evangelio de San Mateo.
En el texto, el Santo Padre alienta a las personas ancianas a proclamar el Evangelio a las jóvenes generaciones “no importa la edad que tengas, si sigues trabajando o no, si estás solo o tienes una familia, si te convertiste en abuela o abuelo de joven o de mayor, si sigues siendo independiente o necesitas ayuda, porque no hay edad en la que puedas retirarte de la tarea de anunciar el Evangelio, de la tarea de transmitir las tradiciones a los nietos. Es necesario ponerse en marcha y, sobre todo, salir de uno mismo para emprender algo nuevo”, dijo.
Además, el Papa reconoció que actualmente “es un momento difícil” porque “la pandemia ha sido una tormenta inesperada y violenta, una dura prueba que ha golpeado la vida de todos, pero que a nosotros mayores nos ha reservado un trato especial, un trato más duro”.
“Muchos de nosotros se han enfermado, y tantos se han ido o han visto apagarse la vida de sus cónyuges o de sus seres queridos. Muchos, aislados, han sufrido la soledad durante largo tiempo”, reconoció el Papa Francisco.
Sin embargo, el Santo Padre destacó la importancia de que se realice por primera vez en este año “después de un largo aislamiento y una reanudación todavía lenta de la vida social” y pidió que “cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada persona mayor -sobre todo los que están más solos- reciba la visita de un ángel”.
En esta línea, el Pontífice recordó que “Jesús dice a los Apóstoles: Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado’ y añadió que “estas palabras se dirigen también hoy a nosotros y nos ayudan a comprender mejor que nuestra vocación es la de custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los pequeños”.
“Pido al Señor que, gracias también a su ejemplo, cada uno de nosotros ensanche su corazón y lo haga sensible a los sufrimientos de los más pequeños, y capaz de interceder por ellos. Que cada uno de nosotros aprenda a repetir a todos, y especialmente a los más jóvenes, esas palabras de consuelo que hoy hemos oído dirigidas a nosotros: ‘Yo estoy contigo todos los días’. Adelante y ánimo. Que el Señor los bendiga”, escribió el Papa.
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