Un día como hoy, el 24 de noviembre de 1713, nació en el municipio español de Petra (Mallorca), San Junípero Serra, franciscano del siglo XVIII que lideró la evangelización de lo que entonces era parte del virreinato de Nueva España y que hoy pertenece a Estados Unidos.
A los 16 años se convirtió en fraile y rápidamente se ganó un nombre como académico y profesor. Decidió abandonar su carrera académica para convertirse en misionero en el Virreinato de Nueva España (hoy México), en el que los colonizadores españoles ya habían estado activos durante más de dos siglos.
En 1749, motivado por su celo evangelizador, partió junto con veinte misioneros franciscanos hacia el mencionado virreinato.
Viajando a pie por casi todas partes y practicando diversas formas de auto mortificación, el fraile fundó iglesias misioneras a lo largo de la costa, las primeras 9 de las 21 misiones en lo que hoy es California.
Muchas de las misiones formarían los núcleos de las actuales ciudades de San Diego, San Francisco y Los Ángeles.
Los europeos enseñaron a los nativos nuevas técnicas agrícolas, así como instrucción en la fe, realizando miles de bautismos.
San Junípero Serra abogó específicamente por los derechos de los pueblos indígenas frente al maltrato por parte de los militares españoles. En un momento redactó una “declaración de derechos” de 33 puntos para los nativos americanos que vivían en los asentamientos de la misión, y caminaron desde California hasta la ciudad de México para presentársela al virrey.
En los últimos meses grupos de activistas han destruido estatuas del santo acusándolo de ser un símbolo del colonialismo y de los abusos que sufrieron muchos nativos americanos después del contacto con los europeos. Sin embargo, los historiadores rechazan estas afirmaciones y aseguran que existe evidencia de que el misionero siempre protestó por los abusos y buscó luchar contra la opresión colonial.
El Papa Francisco canonizó a Serra en 2015 durante una visita a Estados Unidos.
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