El doctor Taylor Marshall, teólogo, filósofo y autor de varios libros, relata que cuando el santo italiano tenía entre 16 y 20 años “un evento maravilloso ocurrió en su vida”.
La familia de San Alfonso “contrató a un sirviente musulmán en la casa. Al vivir cerca de él y habiendo observado su rutina diaria, el musulmán pidió ser bautizado en la fe católica”.
“Cuando se le preguntó por qué, el musulmán respondió: ‘Una religión que produce una virtud como la de él (San Alfonso) no puede ser sino la verdadera’”.
El experto teólogo estadounidense y padre de ocho hijos comenta que este relato “debe enseñarnos que es la santidad la que convierte los corazones que no creen en Cristo. Me cuestiono cuando pienso en aplicar esto a mi vida”.
Este suceso, dijo también, “es una llamada de atención para Occidente. ¿Por qué los musulmanes no se convierten a la fe católica? La respuesta podría tener que ver con que no ven que el cristianismo produce una gran virtud”.
San Alfonso María de Ligorio es un santo italiano y uno de los 33 doctores de la Iglesia. Es además patrono de la teología moral.
Su biografía, explica el experto, “es impresionante. Aquí algunos ejemplos de ello. Hizo un voto solemne a Dios de no perder un minuto de su vida en el dolor del pecado mortal (…) Fundó a los redentoristas con mucho esfuerzo y sus confesores decían que nunca cometió un pecado mortal desde su bautismo hasta su muerte pacífica”.
“San Alfonso recibió el permiso para practicar el derecho a la edad de 16 años. Imaginen tener a un joven e esta edad representándolos en una corte. Sin embargo, Alfonso fue uno de los abogados más buscados en la Nápoles de su tiempo”.
El santo falleció a los 90 años, la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1787. Fue canonizado en 1839 y declarado Doctor de la Iglesia en 1871.
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