La doctora en bioética, Rosario Laris, presentó su nuevo libro titulado “¿Sexo seguro en América?” para explicar con información lógica y científica cómo combatir las preocupantes cifras de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y VIH/SIDA en el continente.
El libro fue presentado el 26 de agosto en Santiago de Chile, en la XX Jornada de Libertad, Responsabilidad y Sexualidad organizada por el Instituto Formación y Estudios sobre la Mujer (ISFEM) y la facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La médico cirujano explicó a ACI Prensa que el “sexo seguro no es el que se vende en las campañas que fomentan el uso de preservativos, sino aquel que permite vivir las relaciones sexuales con donación total y aceptación del otro, que cuida la salud física, la vida emocional, intelectual y espiritual, donde existe fidelidad, exclusividad y compromiso para toda la vida”.
“El sexo seguro permite demostrar el amor de manera plena, donde se desnuda el cuerpo y el alma, donde hay entrega sin reservas. Es decir, el único sexo seguro es el que se vive dentro del matrimonio”, aseguró Laris.
En ese sentido, el valor de la espera o la abstinencia sexual es fundamental para evitar el contagio de las más de 35 ITS, como el virus del papiloma humano (VPH), la hepatitis B, el herpes simple, el VIH/SIDA, el citomegalovirus, la gonorrea, la sífilis o la clamidia.
Estas a su vez provocan enfermedades graves como los tumores genitales malignos, cáncer cervicouterino, infertilidad, artritis secundaria por gonorrea y clamidia, insuficiencia hepática, cáncer de hígado, enfermedades del sistema nervioso central, entre otras.
Según la Organización Mundial de la Salud las tasas de infecciones no han disminuido sustancialmente y 1 de cada 25 personas en el mundo padece al menos una ITS. Hoy existen 530 millones de personas en el mundo infectadas por herpes genital y 290 millones de mujeres contrajeron el VPH, describe el libro “Sexo Seguro en América”.
El 80% de las personas infectadas por VPH tiene entre 17 y 33 años, lo que demuestra que el principal grupo de riesgo son los adolescentes porque “a menor edad del inicio de la vida sexual, más número de parejas sexuales y mayor número de enfermedades sexuales”, expresó Laris.
La experta en salud pública explicó que la abstinencia sexual no solo previene el contagio de las ITS, también evita “riesgos para la salud de la mujer por el uso temprano de las hormonas anticonceptivas, las que a su vez son un absurdo ya que generan la idea de que la fertilidad es una enfermedad y por el contrario es un regalo de la naturaleza para procrear”.
“La abstinencia sexual evita el embarazo adolescente, permite elegir de manera objetiva a la persona con quien se desea compartir la vida en matrimonio, entrega seguridad y la certeza de ser valorado por lo que se es y no por el sexo, y aumenta las probabilidades de que funcione el futuro matrimonio”, agregó.
Para evitar una “sexualidad precoz, desintegrada de un proyecto de vida y experimental de parte de los adolescentes y jóvenes”, dijo Rosario Laris, los padres son los primeros educadores de sus hijos.
“Desde el momento en que uno sabe que está esperando un hijo tenemos que prepararnos y asumir la responsabilidad de la crianza. La educación sexual está vinculada al amor que permea todo el ser del niño y niña durante todo su crecimiento. Si se le educa, poco a poco, con el ejemplo, con el cariño, el niño y niña lo va entendiendo y puede optar por lo bueno”, aseguró.
Consultada por el avance ideológico de la educación sexual, la experta en bioética manifestó que “quizás el escenario de cada país no es muy bueno, pero siempre se puede mejorar”.
“Tenemos que hacer ver a los padres de familia, la sociedad y las instituciones gubernamentales que lo mejor para los niños es crecer, vivir y desarrollarse en una familia compuesta por una mamá, un papá e hijos”, indicó.
“Allí se vive con mejor bienestar, menos violencia, mejor cuidado y niveles de salud, realización personal. También aquellas familias de papás solteros o que sienten que han tomado malas decisiones, pueden educar bien en torno a la sexualidad”.
En primer lugar, “los padres deben comprender el valor de la sexualidad en sus vidas y cómo ellos son los actores principales de la educación sexual de sus hijos. Cuando lo entiende, valora y lo hace suyo, debe capacitarse para empezar a formar a sus hijos y mejorar su relación conyugal”, aseguró Laris.
En segundo lugar, debe buscar los espacios educativos para “alzar voz, organizarse y exigir a las autoridades de un colegio, por ejemplo, que cambie los contenidos con los que no están de acuerdo”.
“En instancias como los servicios de salud, es importante no permitir que otra persona entregue orientación sexual a los hijos si los padres no están presentes”, alertó Laris.
Otra precaución que deben tomar los padres es saber quiénes rodean a sus hijos, conocer sus amistades, estar pendientes en que espacios se mueven.
Laris explicó que los padres también deben promover en los hijos “valores religiosos, asistir a Misa, a las parroquias, porque así tendrán mucha más conciencia en esperar por las relaciones sexuales, tener conductas más sanas, sin drogas, ni alcohol, tener mejores vínculos familiares, tener más años de escolaridad”.
Por último, Laris aconsejó a los padres exigir a las autoridades de sus gobiernos políticas públicas que fortalezcan a la familia y promuevan mejores prácticas en la salud para disminuir los casos de ITS, prevenir las consecuencias nocivas de las hormonas anticonceptivas, el abuso de alcohol, tabaco, drogas.
A modo de ejemplo y como ya lo han hecho países como España o Argentina, “las personas han presionado a través del voto el ingreso o salida de políticos y de esta forma presionar para lograr las políticas públicas adecuadas”.
Como directora de Sexo Seguro, asociación civil sin fines de lucro que defiende el matrimonio, la vida y la familia, Laris explicó que “los padres estamos a tiempo de entregar a nuestros hijos, información certera, científica y objetiva que les permita discernir las mejores opciones para su salud física emocional intelectual y emocional”.
“Ellos merecen conocer el valor que tiene como personas, saber que pueden amar y ser amados, crecer, madurar, consolidar su identidad, pertenencia y así enfrentarse a la vida con las mejores herramientas que les permita lograr sus metas y ser felices”, concluyó.
Para adquirir el libro “¿Sexo seguro en América?” escribir a: [email protected]
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