En un nuevo artículo crítico sobre el Instrumentum laboris del Sínodo de la Amazonía, que se realizará en el Vaticano del 6 al 27 de octubre de este año, el Obispo Emérito de la Prelatura de Marajó, Mons. José Luis Azcona, lamentó la ausencia total de cualquier referencia a Cristo crucificado en la evangelización de los pueblos de la región.
El artículo de Mons. Azcona se titula “La salvación en Cristo en el Instrumentum laboris – IL”, y fue enviado en exclusiva a ACI Digital, agencia en portugués del Grupo ACI, este 30 de agosto.
Mons. José Luis Azcona es un misionero español agustino recoleto y obispo emérito de Marajó, una prelatura que incluye decenas de islas en el delta del Río Amazonas en Brasil. Durante sus años de servicio, el Prelado vivió amenazado de muerte por denunciar el tráfico de personas y defender los derechos humanos en la región.
El Obispo comienza su reflexión asegurando que “la Iglesia existe para anunciar la salvación. Esta es su identidad, su gracia, su vocación”.
Recordando al numeral 9 de la exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi de San Pablo VI, el Prelado señaló que la Salvación “es este gran regalo de Dios que es liberación de todo aquello que oprime al hombre y que es la liberación de todo el pecado y del maligno, en la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por Él”.
“La evangelización tiene como contenido esencial siempre ‘la salvación en Jesucristo Hijo de Dios, hecho hombre, muerto y resucitado. Salvación que se ofrece por todos los hombres, culturas y pueblos como don, gracia y misericordia del mismo Dios’ (EN 27). ‘Por la gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe. Esto no viene de ustedes; es un don de Dios’ (Ef 2,8; Rm 1,16)’”.
“Por eso, la única Iglesia de Jesús es aquella que testimonia esto. Cualquier otra iglesia que no sea fiel a este testimonio es una congregación de Satanás, ‘padre de la mentira’ (Jn 8,44) y que llega también a la Amazonía ‘para robar, matar y dispersar’ (Jn 10,10)”, escribió Mons. Azcona.
“La Iglesia de Jesucristo es aquella que ‘va peregrinando entre las persecuciones del mundo y el consuelo de Dios’”, dijo, recordando la Ciudad de Dios de San Agustín. Así también, señaló, la Iglesia anuncia “la cruz del Señor hasta que Él venga”.
“Esta es la misma Iglesia que así ‘como Cristo realizó la obra de redención en pobreza y persecución, de igual modo la Iglesia está destinada a recorrer el mismo camino a fin de comunicar los frutos de la salvación a los hombres’ (Lumen Gentium 8), ‘para evangelizar a los pobres y liberar a los oprimidos’ (Lc 4,18) también de la Amazonía en el ‘hoy’ de la misión amazónica (Ibid)”, escribió.
A continuación, el Prelado lanza su dura crítica al Instrumentum laboris, el documento que servirá de base para las reflexiones del Sínodo de la Amazonía en octubre: “la ausencia alarmante del tema de la cruz en el IL levanta sospechas fundadas sobre la condición cristiana del mismo. Cristo crucificado no es proclamado ni recordado una sola vez”.
“Un único texto claro sobre la ‘Iglesia que anuncia el misterio de su muerte y resurrección (IL 1115)’ con otro semejante en el número 123ª, evidencia una presencia precaria del misterio pascual y sin consecuencias en el texto. Esta presencia tímida y periférica de Cristo crucificado que evoca el rechazo de Pablo ‘a la sabiduría del lenguaje’ ( 1 Cor 1,17; Gl 2,19-21)”.
Para el Obispo, la “presentación del Evangelio como una especulación de pensamiento o como un discurso sobre culturas, etnias, pueblos, biomas, ecología integral, diálogo sin el eje de la Cruz, lo vuelve estéril y anula por completo su poder”.
“Así, el IL ‘esteriliza’, ‘anula’ la cruz de Cristo, ‘se avergüenza de ella’ en un momento histórico como este, crucial para la Iglesia, para la humanidad y para la Amazonía”, señala Mons. Azcona.
El Obispo Emérito de Marajó subrayó que “lo más grave no es el silencio avergonzado sobre Cristo crucificado. Es la eliminación sumaria de Él (‘no queremos que Este reine sobre nosotros’) en un momento en que es necesario confesarlo abiertamente y con alegría, experimentando el coraje del Espíritu para proclamar la gloria de Aquel que es nuestra única esperanza”.
“Hoy el Crucificado es negado y renegado por los cristianos, principalmente porque con su voluntarismo, ‘entusiasmo’, pragmatismo, pelagianismo de toda especie, hace ilusoria, teórica e imaginaria la soberanía de la Cruz que distingue y hace inconfundible a Jesús de Nazaret con el de otros fundadores de religiones, culturas, moralismos, filósofos y teólogos (no crucificados)”, aseguró.
“Nosotros queremos proclamar con toda la Iglesia latinoamericana y del Caribe que: ‘una auténtica evangelización de nuestros pueblos implica asumir plenamente la radicalidad del amor cristiano, que se concreta en el seguimiento de Cristo en la Cruz; en el padecer por Cristo a causa de la justicia; en el perdón y amor a los enemigos. Este amor supera al amor humano y participa en el amor divino, único eje cultural capaz de construir una cultura de la vida” (Documento de Aparecida 543)”, finalizó.
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en ACI Digital.
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