El P. Hugo Valdemar, canónigo penitenciario de la Arquidiócesis de México, advirtió que prácticas como la adivinación, el uso de amuletos y cuarzos, así como la brujería son “medios y ventanas para la entrada de Satanás”.
En su reciente artículo “Con el diablo no se juega”, publicado por el diario mexicano ContraRéplica, el P. Valdemar señaló que recientemente se realizó en la Ciudad de México un festival de brujería titulado “Aquelarre Fest CDMX”, en el que “decía la promoción, te podrás sentir como toda una hechicera, pues contará con pócimas y conjuros para que cambies tu destino”.
El sacerdote mexicano indicó que “a cualquier persona, un festival de este tipo le puede parecer que se trata de una tontería o de un juego inocente”, sin embargo “pocos se dan cuenta de lo peligroso que es promover la asistencia a un evento que, disfrazado de diversión familiar o curiosidad, puede tener consecuencias inimaginables sobre las personas, su vida y salud”.
“Satanás no es un mito inventado por la Iglesia para espantar a los incautos, el Maligno es una criatura espiritual cuya existencia e influencia es una verdad de fe que no está a discusión, ni su acción malvada, pervertida, pervertidora y destructiva”, señaló.
“Aunque una persona no entre de manera deliberada en relación con Satanás a través de un pacto, invocación u adoración, basta que le abra, consciente o inconscientemente, vedada o explícitamente ciertas puertas para que entre en la vida de las personas y las destruya”.
El P. Valdemar, que durante 15 años fue vocero de la Arquidiócesis de México, advirtió luego del peligro que involucran prácticas como la adivinación, el espiritismo, la hechicería, los horóscopos, amuletos, la santería, la Santa Muerte, el Halloween, el yoga, las limpias y los chamanes, así como prácticas paganas ancestrales.
Estos y otros más, dijo, son “medios y ventanas para la entrada de Satanás y su obra destructora en la vida de las personas, la infestación de sus hogares, la exposición de sus almas a la condenación eterna”.
“No son actividades inocentes, son verdaderos embustes del demonio”, subrayó.
El sacerdote mexicano indicó que “como confesor de la Catedral de México me he quedado pasmado de ver las terribles consecuencias en las personas que entran en estos inocentes juegos”, que implican padecimientos como “desequilibrios mentales, psicológicos y espirituales, enfermedades inexplicables, insomnio y fatiga crónicos, ansiedad y depresión aguda”.
Entre las consecuencias, añadió, se encuentran también “obsesiones sexuales, odios encarnizados, venganza, y hasta crímenes”.
El P. Valdemar señaló que “un simple festival de brujas se puede convertir en la ruina de tu vida y en la perdición de tu alma, si eres un católico no caigas en el engaño y si has caído recurre al sacramento de la confesión y abjura de Satanás y sus obras antes que sea demasiado tarde”.
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