El Comité “Defendamos a nuestros hijos” junto a numerosas asociaciones familiares, movimientos y nuevas comunidades de la Iglesia fueron los encargados de reunir dos millones de personas, según la organización, en contra de esta ley.
En las últimas semanas, también el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el Cardenal Angelo Bagnasco, invitó en repetidas ocasiones a participar en la protesta para mostrar la disconformidad con los políticos que quieren votarla próxima semana a favor de la ley. De hecho, lo que hace semanas empezó a organizarse como un encuentro de católicos se transformó pronto en un evento civil al que mostraron su apoyo también otras confesiones religiosas e incluso no creyentes.
El responsable de la organización y de guiar el acto fue Mario Gandolfini, prestigioso médico que lucha contra la llamada teoría o ideología de género desde hace años. “Somos muchísimos, muchos más de los que pensábamos en un principio”, dijo en un momento del encuentro. “Está plaza no está contra nadie” sino contra una ley que “no es aceptable desde la primera a la última palabra”, destacó.
“Se podría hacer una operación de maquillaje, pero debe ser totalmente eliminada, no cambiar algunas palabras, lo decimos con franqueza”, señaló al tiempo que aplaudía la gente.
Para el médico, en el caso de continuar renegando de la familia natural “no existirán más las familias, sino modelos diversos, y los niños serán los principales perjudicados”, explicó.
A los parlamentarios recordó que “todos hemos nacido de un padre y una madre” y “nosotros no pertenecemos a ningún lobby, sino que somos simples y pobres familias y no tenemos quien nos defienda”. “No queremos hacer la guerra a nadie, solo defendemos a la familia”, subrayó.
Gandolfini también recordó “a los creyentes en Jesús” que “nuestro Señor ciertamente no nos ha enseñado a ser violentos con ninguno, sino que estamos aquí para reiterar que la dignidad humana debe ser respetada. Esta es una plaza por la belleza de la familia y no contra las personas, sino solo contra las ideologías”, remarcó de nuevo.
Sobre los “vientres de alquiler”, el principal organizador del evento indicó que “los niños no pueden ser comprados” y después hizo también referencia a que “Europa ha apostatado de sus raíces judeocristianas”. “Queremos enviar un mensaje: nosotros seguiremos todos las etapas de aprobación de esta ley y veremos quién recogerá nuestras indicaciones, nos acordaremos”, advirtió a los políticos.
En su intervención final señaló que “el amor requiere la complementariedad entre un hombre y una mujer, y solo de su unión surge la chispa de la vida”.
Durante el encuentro se han sucedido diferentes intervenciones de expertos y testimonios en el palco, en el que se podía leer en grande “Prohibido desguazar a la familia”.
No pudieron asistir los miembros de la comunidad judía de Italia por ser Shabbat (su día santo), pero el Rabino jefe de la ciudad, Riccardo Di Segni, envió una carta de apoyo: “No se puede instrumentalizar a los niños para nuevas ideologías. Como dice el Papa Francisco: los niños no son animales con los que experimentar”, dice en ella.
Por su parte el diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, ha calificado la manifestación de “participación amplia y transversal, expresión de todas las almas de la sociedad italiana”.
El pasado 22 de enero, el Papa Francisco recibió en audiencia a los miembros del Tribunal de la Rota romana, a quienes les recordó que ”no puede haber confusión entre la familia querida por Dios y todo otro tipo de unión”. Unas palabras que también fueron recordadas este sábado en la manifestación.
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— ACI Prensa (@aciprensa) enero 21, 2016
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