En declaraciones difundidas por la agencia Fides, el Arzobispo explicó que “desde hace más de un año, es decir cuando perdieron algunas de sus posiciones estratégicas y parte de los distritos de la ciudad, los yihadistas intensificaron el asedio, no dejando entrar la comida. Los pocos productos que aún se pueden encontrar -tomates, sardinas enlatadas, un poco de té- se venden en el mercado negro a precios de más de diez veces su valor, en el mejor de los casos”.
Islamic State assault on Syria city Deir al-Zor has residents fearing massacres https://t.co/06usWrl6ou pic.twitter.com/ouC9FxKjMP
— dna (@dna) enero 20, 2016Indicó que el 17 de enero el ISIS atacó varios distritos, mató a unos 300 civiles y deportó a otros cientos. Dijo que se cree que el Estado Islámico quiere moverse a esta ciudad ante la posibilidad de que pierdan Raqqa, actual capital del “califato”.
“Muchos de ellos comienzan a pensar que Raqqa, su capital en Siria, donde se están reuniendo también sus milicias que huyen de Alepo, podría caer. Y por ello se están moviendo hacia Deir el Zor, tal vez con la intención de convertirlo en su nueva fortaleza. Pero hasta ahora los ataques aéreos rusos y de los Estados Unidos se han producido sólo cuando los yihadistas trataron de ocupar el aeropuerto”, señaló.
En Deir el Zor antes de que llegase la guerra, vivían mil familias cristianas. Ahora, según la información del Arzobispo, en la ciudad queda sólo un cristiano.
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