El Prelado hizo esta precisión ante la cada más más extendida costumbre de los novios de escribir sus propios votos en reemplazo de los que el rito matrimonial establece.
Mons. Villegas explicó al respecto que las expresiones personales no “deben mezclarse con la liturgia de la Iglesia porque así disminuyen, confunden y estropean la acción de Cristo mismo en el sacramento”.
“No hay que comprometer el carácter sagrado del rito del matrimonio en el altar con el romanticismo”, puntualizó el Arzobispo.
Asimismo, recordó que la liturgia “no es nuestra y que por eso no podemos cambiarla”. "Ninguna otra persona, ni siquiera un sacerdote puede agregar, quitar o cambiar algo en la liturgia por su propia cuenta”, dijo, citando la Sacrosanctum Concilium, un documento del Concilio Vaticano II sobre la sagrada liturgia.
La única autoridad eclesial que puede cambiarla es la que está en el Vaticano y, en casos muy especiales, las conferencias episcopales.
Por ello, resaltó, “no se puede permitir que dentro de la liturgia matrimonial las parejas escriban sus propios votos matrimoniales”, expresó Mons. Villegas.
Para los esposos que de todas maneras quieran escribir unas palabras para su futuro cónyuge, el Prelado tiene una propuesta alternativa: hacerlo y leerlas luego en la fiesta o recepción.
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— ACI Prensa (@aciprensa) octubre 21, 2015
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